La situación de Alcoa en su planta de San Cibrao, Lugo, se ha vuelto crítica tras el apagón general que afectó a España y Portugal el pasado 28 de abril. La empresa ha comunicado a los representantes del comité de empresa que no podrá cumplir con los compromisos de rearranque de la fábrica de aluminio, lo que ha generado preocupación entre los trabajadores y la comunidad local. Este anuncio se produce en un contexto donde la recuperación de la actividad en la planta ha sido un tema candente desde el apagón de 2023.
El apagón ha tenido repercusiones significativas en la producción de la planta, y Alcoa ha indicado que no puede garantizar una producción mínima del 75 % de la capacidad total entre el 1 de octubre de 2025 y el 31 de diciembre de 2026, tal como se había acordado previamente. En un comunicado dirigido a los delegados sindicales, la empresa ha enfatizado que está evaluando el alcance de las consecuencias del apagón y ha enviado notificaciones de «fuerza mayor» a clientes y proveedores. Esta situación ha llevado a la dirección de Alcoa a convocar a los representantes de los trabajadores para discutir el estado actual de la planta y las medidas a tomar.
### Impacto en la plantilla y la comunidad
Durante la reunión, Alcoa reconoció la profesionalidad y diligencia de la plantilla, que ha logrado recuperar casi al 100 % la normalidad en la planta de alúmina, salvando 14 cubas de aluminio de las 41 que habían arrancado el 28 de abril. Sin embargo, la empresa ha dejado claro que para retomar el arranque de la producción, es fundamental conocer las causas del apagón y las medidas que se implementarán para evitar que se repita un incidente similar en el futuro. Además, se ha solicitado información sobre las compensaciones para mitigar los sobrecostes generados en la parte de compensación de la factura eléctrica.
La incertidumbre sobre el futuro de la planta ha generado inquietud entre los trabajadores, quienes han sido informados de que, por el momento, se mantiene la estructura organizativa de rearranque en los departamentos implicados. La empresa confía en que la situación se resuelva en las próximas semanas, pero el tiempo es un factor crítico, ya que más de mil puestos de trabajo están en riesgo en la región de A Mariña, según la conselleira de Economía e Industria, María Jesús Lorenzana.
Lorenzana ha responsabilizado al Gobierno de España por la «consecuencia dramática» que el apagón ha tenido en Alcoa, señalando que la falta de estabilidad en la conexión eléctrica de la industria gallega está poniendo en peligro miles de empleos. La conselleira ha expresado su preocupación por las repercusiones que esta situación podría tener en la industria de la región, que ya enfrenta desafíos significativos.
### Reacciones y perspectivas futuras
La situación de Alcoa ha suscitado reacciones diversas en la comunidad y entre los trabajadores. Muchos han expresado su frustración ante la falta de claridad sobre el futuro de la planta y la incertidumbre que esto genera en sus empleos. La empresa, por su parte, ha intentado tranquilizar a los empleados, pero la falta de información concreta sobre el rearranque y las medidas a tomar ha alimentado la preocupación.
El comité de empresa ha solicitado a Alcoa que se comunique de manera más efectiva sobre los planes de recuperación y las medidas que se están tomando para garantizar la estabilidad de la planta. La falta de comunicación ha sido un punto crítico en la relación entre la dirección de la empresa y los trabajadores, y muchos esperan que se tomen medidas para mejorar esta situación.
A medida que la empresa evalúa las repercusiones del apagón, la comunidad local sigue de cerca los desarrollos. La planta de Alcoa es un pilar fundamental de la economía de la región, y su futuro es vital no solo para los trabajadores, sino también para la estabilidad económica de A Mariña. La situación actual plantea interrogantes sobre la capacidad de la empresa para adaptarse a los desafíos y garantizar la continuidad de la producción en un entorno cada vez más incierto. La respuesta de Alcoa y del Gobierno será crucial para determinar el rumbo de la planta y la seguridad laboral de sus empleados.