La exvicepresidenta del Gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, ha vuelto a ser el centro de atención tras su reciente intervención en el ciclo de conferencias «Súbditos o Ciudadanos», organizado por la Fundación Sargadelos. En este evento, que tuvo lugar en el Hotel Voar, Sáenz de Santamaría se defendió de las acusaciones relacionadas con la supuesta existencia de una «policía patriótica» que investigaba a opositores políticos, en el contexto de lo que se ha denominado ‘Operación Cataluña’.
Durante su intervención, Sáenz de Santamaría negó categóricamente tener conocimiento de cualquier actividad irregular por parte de las fuerzas de seguridad del Estado. Afirmó que, aunque le tocó ejercer el poder, nunca disfrutó de ello y que su única preocupación fue trabajar para mejorar el país, siempre dentro del marco de la legalidad. «Esa policía nunca ha existido», enfatizó, refiriéndose a las acusaciones que la vinculan con prácticas de espionaje y persecución política.
La exvicepresidenta también se refirió a su relación con figuras clave de la Policía, como Ignacio Cosidó y José Manuel Villarejo, asegurando que nunca mantuvo reuniones con ellos. En este sentido, Sáenz de Santamaría subrayó que su compromiso siempre fue con la Constitución y las leyes, y que su labor se centró en la defensa de la democracia. «No tenía interés en investigar a ningún responsable político», afirmó, defendiendo su gestión durante un periodo crítico para España, marcado por la crisis económica.
### La aplicación del artículo 155 y su contexto
Uno de los temas más controvertidos que surgió durante la conferencia fue la aplicación del artículo 155 de la Constitución, que permite al Gobierno español intervenir en las comunidades autónomas en caso de que estas no cumplan con sus obligaciones. Sáenz de Santamaría, quien fue una de las figuras clave en la aplicación de este artículo en Cataluña, defendió su decisión como necesaria para restaurar el orden constitucional tras el referéndum del 1 de octubre de 2017.
La exvicepresidenta se enfrentó a críticas de la líder de Podemos, Ione Belarra, quien cuestionó la legitimidad de las acciones del Gobierno durante ese periodo. En respuesta, Sáenz de Santamaría mantuvo que su actuación fue siempre en defensa de la legalidad y que las decisiones tomadas estaban justificadas por la situación excepcional que vivía el país. «En 2011, al llegar al Gobierno, el país estaba al borde del rescate», recordó, justificando así los recortes y medidas de austeridad implementadas en su mandato.
Además, Sáenz de Santamaría se refirió a las acusaciones de espionaje que han surgido en torno a la ‘Operación Cataluña’, en particular el informe de Citizen Lab que señala que el expresidente de la Generalitat, Artur Mas, fue espiado por el software Pegasus. La exvicepresidenta afirmó no tener conocimiento de dicho informe y defendió la labor del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), que ella dirigía en ese momento. «Es muy difícil que te informen de lo que no existe», argumentó, refiriéndose a las acusaciones de irregularidades en el uso de recursos del CNI.
### La defensa de su legado político
A lo largo de su intervención, Sáenz de Santamaría se esforzó por presentar su legado político como uno basado en la legalidad y el respeto a las instituciones. Rechazó cualquier insinuación de que su gestión estuviera marcada por la corrupción o el abuso de poder. «Siempre me he tomado muy en serio el trabajo del CNI, que se sacrifican mucho por la seguridad de los españoles», afirmó, defendiendo la integridad de las instituciones que supervisan la seguridad del país.
La exvicepresidenta también se refirió a su relación con Mariano Rajoy, a quien considera su único referente político. Aseguró que no ha tenido «padres políticos» y que su compromiso siempre ha sido con el bienestar del país. En este sentido, Sáenz de Santamaría se mostró firme en su defensa de las decisiones tomadas durante su mandato, argumentando que cada una de ellas fue en beneficio de la estabilidad y la seguridad de España.
La intervención de Sáenz de Santamaría ha reavivado el debate sobre la ‘Operación Cataluña’ y las prácticas de espionaje en el ámbito político español. A medida que las investigaciones continúan, su defensa de su legado y su rechazo a las acusaciones de irregularidades seguirán siendo objeto de análisis y discusión en el panorama político actual.