La reciente legislación educativa en España, conocida como Lomloe, ha introducido cambios significativos en la forma en que se aborda la repetición escolar. Este nuevo marco normativo, impulsado por la exministra Isabel Celaá, busca convertir la repetición en una medida excepcional dentro del sistema educativo. En este contexto, es crucial analizar cómo estas modificaciones han impactado en el rendimiento académico de los estudiantes gallegos, especialmente aquellos que enfrentan retrasos en su trayectoria escolar.
### Cambios en la Normativa Educativa y su Impacto
La Lomloe establece que la repetición solo podrá utilizarse una vez en el mismo curso y un máximo de dos veces a lo largo de la educación obligatoria. Este enfoque busca reducir el estigma asociado a la repetición y fomentar un ambiente más inclusivo en las aulas. Sin embargo, a pesar de estas intenciones, los datos recientes indican que el número de estudiantes gallegos de 15 años con retrasos académicos ha disminuido notablemente en la última década. Según el Ministerio de Educación, la proporción de alumnos que arrastran asignaturas pendientes ha caído del 37% en el curso 2012-2013 al 21,9% en 2022-2023.
Este descenso es especialmente notable si se considera que, en comparación con hace veinte años, la cantidad de estudiantes que repiten a los 15 años se ha reducido a la mitad. A pesar de esta tendencia positiva, el 21,9% de los adolescentes gallegos aún enfrenta la experiencia de la repetición, lo que sugiere que, aunque la normativa ha cambiado, los desafíos en el aula persisten.
La nueva normativa también establece criterios de promoción más flexibles, permitiendo que los estudiantes que aprueban todas las materias o que tienen una evaluación negativa en un máximo de dos asignaturas puedan avanzar al siguiente curso, siempre que cumplan con otros requisitos, como tener una media de 5 o que el equipo docente considere que los suspensos no les impedirán tener éxito en el futuro. Este enfoque busca no solo reducir la tasa de repetición, sino también ofrecer un apoyo más personalizado a los estudiantes que enfrentan dificultades.
### Análisis de la Situación Actual en Galicia
A pesar de los esfuerzos por mejorar la situación académica de los estudiantes, los datos revelan que un 78,1% de los adolescentes gallegos logran alcanzar 4º de la ESO a la edad teórica de 15 años. Sin embargo, el 21,9% restante ha repetido al menos una vez, lo que marca un ligero aumento en comparación con el 21,2% del curso anterior. Este incremento en la tasa de repetición podría ser un indicativo de que, a pesar de las reformas, algunos estudiantes aún enfrentan barreras significativas para avanzar en su educación.
La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto considerable en el sistema educativo, y es posible que las restricciones y cambios en la enseñanza hayan influido en el rendimiento académico de los estudiantes. Desde el regreso a las aulas en el curso 2020-2021, se ha observado una tendencia a la baja en la cantidad de estudiantes con retrasos, pero el reciente aumento en la tasa de repetición sugiere que aún hay desafíos que deben abordarse.
Los educadores y responsables de políticas educativas deben considerar estos datos al desarrollar estrategias para apoyar a los estudiantes en riesgo de fracaso escolar. La implementación de programas de tutoría, apoyo emocional y recursos adicionales podría ser clave para ayudar a aquellos que enfrentan dificultades académicas.
Además, es fundamental que las escuelas y los docentes estén capacitados para identificar a los estudiantes que necesitan ayuda y proporcionarles el apoyo necesario para evitar la repetición. La colaboración entre padres, educadores y administradores es esencial para crear un entorno educativo que fomente el éxito de todos los estudiantes, independientemente de sus antecedentes académicos.
La evolución de la repetición escolar en Galicia refleja un cambio en la forma en que se aborda la educación y el apoyo a los estudiantes. A medida que se implementan nuevas políticas y se evalúan sus efectos, es crucial seguir monitoreando el rendimiento académico y el bienestar de los estudiantes para garantizar que todos tengan la oportunidad de alcanzar su máximo potencial en el sistema educativo.