La era digital ha transformado la forma en que los niños y adolescentes interactúan con el mundo. Sin embargo, la sobreexposición a las pantallas ha generado preocupaciones significativas sobre su salud mental y emocional. La creciente accesibilidad a dispositivos electrónicos y contenido en línea ha llevado a un aumento en los problemas de autoestima, ansiedad y otros trastornos psicológicos entre los jóvenes. Este fenómeno ha sido objeto de estudio por parte de diversas organizaciones de salud, que han emitido recomendaciones sobre el uso de pantallas en la infancia y adolescencia.
La Sociedad Argentina de Pediatría, por ejemplo, aconseja evitar el uso de pantallas antes de los dos años y limitar su uso a una hora diaria para niños de entre seis y doce años. Estas recomendaciones se basan en la evidencia de que el uso excesivo de dispositivos electrónicos puede afectar negativamente el desarrollo cognitivo y emocional de los niños. La exposición temprana a contenido inapropiado, como la pornografía, es una de las preocupaciones más alarmantes. Estudios han demostrado que muchos niños comienzan a acceder a este tipo de contenido alrededor de los diez años, lo que puede tener consecuencias devastadoras en su percepción de la sexualidad y las relaciones interpersonales.
### Efectos Negativos de la Exposición a Pantallas
La psicoterapeuta Liliana Olivieri ha destacado los efectos perjudiciales del uso excesivo de pantallas en los jóvenes. Según ella, la fatiga visual, la disminución de la atención y la pérdida de habilidades sociales son solo algunos de los problemas que pueden surgir. Además, el uso indiscriminado de dispositivos puede llevar a un aislamiento emocional, donde los jóvenes se sienten más cómodos interactuando a través de una pantalla que en la vida real. Esto puede resultar en una falta de habilidades interpersonales y una incapacidad para formar relaciones saludables.
Otro aspecto preocupante es la relación entre el uso de redes sociales y la autoestima. Las plataformas digitales a menudo fomentan una cultura de comparación, donde los jóvenes se sienten presionados a cumplir con estándares de belleza y éxito poco realistas. Esto puede llevar a problemas de autoestima, ansiedad y depresión, especialmente en aquellos que son más vulnerables. La búsqueda de aprobación a través de “me gusta” y comentarios puede convertirse en una adicción, afectando aún más su bienestar emocional.
La pornografía, en particular, ha sido identificada como un factor que distorsiona la percepción de las relaciones sexuales. Olivieri menciona que no solo los varones están expuestos a este contenido, sino que las niñas también están cada vez más involucradas. Las consecuencias de esta exposición son graves: la pornografía puede desensibilizar a los jóvenes, promover la cosificación de las mujeres y contribuir a la normalización de la violencia sexual. La educación sexual adecuada es crucial para contrarrestar estos efectos y ayudar a los jóvenes a desarrollar una comprensión saludable de la sexualidad.
### Estrategias para un Uso Saludable de la Tecnología
Ante este panorama, es fundamental que padres y educadores adopten un enfoque proactivo. Olivieri sugiere que se fomente un entorno positivo y saludable para los jóvenes. Esto incluye incentivar actividades que no involucren pantallas, como deportes, lectura y tiempo de calidad con la familia. La idea es que los niños y adolescentes tengan un estilo de vida equilibrado que les permita desarrollar habilidades sociales y emocionales fuera del ámbito digital.
Además, es esencial que los padres se sientan cómodos hablando sobre temas de sexualidad y relaciones. La educación afectivo-sexual de calidad puede ser una herramienta poderosa para prevenir problemas relacionados con la pornografía y la sexualidad distorsionada. Olivieri enfatiza que la comunicación abierta y honesta es clave para ayudar a los jóvenes a navegar por los desafíos que presenta el mundo digital.
Por último, es importante que los adultos se conviertan en modelos a seguir en el uso de la tecnología. Limitar su propio tiempo frente a las pantallas y priorizar las interacciones cara a cara puede enviar un mensaje poderoso a los jóvenes sobre la importancia de las relaciones humanas. La crianza positiva, basada en el amor incondicional y la empatía, puede ayudar a los niños a desarrollar una relación saludable con la tecnología y el mundo que los rodea.