El Celta de Vigo se encuentra en una situación crítica tras las propuestas de sanción emitidas por la Comisión Antiviolencia, que incluyen la posibilidad de un cierre temporal de su estadio, Balaídos, por un periodo de tres meses, así como una multa de 350.000 euros. Estas sanciones se derivan de irregularidades graves que se produjeron durante un partido contra el Rayo Vallecano el 18 de mayo, donde se comprometió la seguridad de los asistentes.
Las irregularidades denunciadas por la Comisión Antiviolencia son alarmantes. En primer lugar, se reportó que las vías de evacuación de la grada de Marcador Bajo estaban colapsadas durante todo el partido. Este hecho es especialmente preocupante, ya que la grada en cuestión es conocida por ser un punto de alta concentración de aficionados. La falta de medidas adecuadas de control de acceso y permanencia de los espectadores es una de las principales razones que llevaron a la Comisión a considerar la sanción.
Además, se ha señalado que un empleado del club facilitó el acceso de numerosos aficionados desde la grada de Ro Bajo a la de Marcador Bajo, lo que también se considera una falta grave. Este tipo de acciones no solo infringe las normas de seguridad, sino que también pone en riesgo la integridad de los asistentes al evento deportivo.
Otro hecho que ha llamado la atención de las autoridades es el acceso de al menos 36 personas al estadio sin entradas ni control. Estas personas ingresaron a Balaídos a través de un portal destinado a vehículos, lo que representa una violación clara de los protocolos de seguridad establecidos. La Comisión ha indicado que estos espectadores entraron sin ningún tipo de control, lo que agrava aún más la situación del club.
La propuesta de sanción incluye una multa de 350.000 euros y la clausura temporal del estadio, aunque no se ha especificado qué castigo corresponde a cada uno de los hechos denunciados. La Comisión Permanente de la Comisión Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte ha sido clara en su postura, y el Celta deberá enfrentar las consecuencias de estos incidentes.
El partido en cuestión, que tuvo lugar en el estadio municipal de Vigo, fue el último de la temporada para el equipo dirigido por Claudio Giráldez. A pesar de que el evento se desarrolló con aparente normalidad y sin incidentes reportados en el acta arbitral, la magnitud de las sanciones ha sorprendido al club, que no tenía conocimiento de las propuestas en el momento en que se hicieron públicas.
El Celta ha manifestado su intención de alegar en caso de recibir la notificación formal de las sanciones. La situación es delicada, ya que el club no solo se enfrenta a una posible clausura de su estadio, sino que también podría afectar su imagen y la relación con sus aficionados. La afición celeste ha sido conocida por su pasión y apoyo incondicional, y un cierre del estadio podría tener repercusiones significativas en el ambiente del club.
Es importante destacar que el partido contra el Rayo Vallecano había sido declarado de alto riesgo, lo que implica que se debieron tomar medidas adicionales para garantizar la seguridad de los asistentes. Sin embargo, la Comisión ha determinado que estas medidas no se implementaron adecuadamente, lo que ha llevado a la situación actual.
La respuesta del Celta será crucial en los próximos días. El club deberá evaluar las propuestas de sanción y decidir cómo proceder. La defensa del club podría centrarse en la falta de incidentes reportados durante el partido y en la aparente normalidad con la que se desarrolló el evento. Sin embargo, la presión de las autoridades y la opinión pública podría complicar su situación.
En el contexto del fútbol español, este tipo de sanciones no son infrecuentes, pero la magnitud de la multa y la duración del cierre del estadio son inusuales. La Comisión Antiviolencia tiene un papel importante en la regulación de la seguridad en los eventos deportivos, y su decisión podría sentar un precedente para otros clubes en situaciones similares.
El Celta de Vigo se encuentra en un momento crítico, y la forma en que maneje esta situación podría tener un impacto duradero en su futuro. La afición y los directivos del club estarán atentos a los próximos pasos y a la respuesta de las autoridades. La seguridad en los estadios es un tema que debe ser tratado con la máxima seriedad, y el Celta deberá demostrar que está comprometido con la protección de sus aficionados y el cumplimiento de las normativas establecidas.