El Coruxo se enfrentó a un duro golpe en su último partido, donde, a pesar de haber estado en ventaja durante gran parte del encuentro, terminó cediendo un empate en el tiempo de descuento. Este resultado dejó a los vigueses con un sabor amargo, ya que habían luchado con valentía, incluso en inferioridad numérica, pero no pudieron mantener su ventaja hasta el pitido final.
El encuentro, disputado en el campo de O Vao, comenzó con un Marino de Luanco que mostró una mejor disposición en los primeros minutos. Los asturianos lograron acercarse con facilidad a la portería de Alberto Domínguez, quien tuvo que intervenir en varias ocasiones para evitar que su equipo se viera en desventaja. Isma Cerro fue uno de los primeros en probar suerte, pero su disparo fue bien defendido por la zaga local.
A medida que avanzaba el primer tiempo, el Coruxo comenzó a asentarse en el partido. Serrano, aprovechando un saque de banda, sorprendió a la defensa rival y anotó un golazo que puso a su equipo por delante en el marcador. Este tanto llegó en un momento crucial, ya que parecía que el Marino había tomado el control del juego. Sin embargo, el Coruxo se llenó de confianza y buscó ampliar su ventaja, aunque no logró concretar sus oportunidades.
La segunda mitad se presentó como un tira y afloja entre ambos equipos. El Marino intentó igualar el marcador a través de jugadas a balón parado, pero sin éxito. Por su parte, el Coruxo tuvo una clara oportunidad de aumentar su ventaja, pero el remate de su delantero fue detenido por el portero rival. La situación se complicó para los vigueses cuando Alex Pérez recibió una segunda tarjeta amarilla, dejando a su equipo con un jugador menos en un momento crítico del partido.
A pesar de la desventaja numérica, el Coruxo mostró una gran resistencia y logró mantener el control del juego durante varios minutos. Sin embargo, la presión del Marino se intensificó, y en el último suspiro del encuentro, Diego Díaz se sacó un impresionante disparo desde casi medio campo que sorprendió a Alberto, logrando el empate definitivo. Este gol dejó a los jugadores del Coruxo devastados, ya que habían estado tan cerca de conseguir una victoria valiosa.
El partido finalizó con un 1-1 que, aunque mantiene al Coruxo en una buena dinámica sin conocer la derrota en casa desde la llegada de su nuevo técnico, representa una oportunidad perdida para sumar tres puntos importantes. La actuación del equipo, aunque valiente, se vio empañada por la falta de puntería en momentos clave y la incapacidad de cerrar el partido.
En términos de estadísticas, el Coruxo mostró un rendimiento sólido, pero la falta de efectividad en el ataque y la presión del rival en los minutos finales fueron determinantes para el resultado. La afición, que había visto a su equipo luchar con garra, se marchó del estadio con sentimientos encontrados, celebrando la lucha del equipo pero lamentando la pérdida de puntos en un partido que parecía tener en la bolsa.
El próximo encuentro será crucial para el Coruxo, que deberá aprender de esta experiencia y buscar mejorar en la definición de sus jugadas. La capacidad de mantener la concentración y la efectividad en los momentos decisivos será clave para sus aspiraciones en la liga. Los jugadores y el cuerpo técnico tendrán que trabajar en estos aspectos para evitar que situaciones como la de este partido se repitan en el futuro.