La reciente intervención de Donald Trump en la Asamblea General de Naciones Unidas ha desatado una ola de reacciones, tanto de apoyo como de crítica. Durante su discurso, el presidente de Estados Unidos no escatimó en palabras para expresar su descontento con el funcionamiento del organismo internacional. En un tono sarcástico, Trump se refirió a la entrega de un teleprompter roto y a unas escaleras mecánicas que, según él, no funcionaban. Este episodio ha puesto de relieve no solo la relación tensa entre Trump y la ONU, sino también la forma en que el mandatario utiliza el humor y la ironía para comunicar su mensaje.
La intervención de Trump se produjo en un contexto donde la ONU enfrenta críticas por su capacidad para abordar conflictos globales. El presidente estadounidense, al subir al estrado, comenzó su discurso afirmando que se sentía feliz de hablar sin un teleprompter, lo que le permitía expresarse «desde el corazón». Sin embargo, su comentario sobre el teleprompter roto fue recibido con risas y murmullos en la sala, marcando el tono de su intervención. «Quienquiera que esté operando este teleprompter tendrá grandes problemas», bromeó Trump, dejando claro que no tenía reparos en criticar a la organización que, según él, no ha logrado cumplir con su misión.
La burla hacia las escaleras mecánicas también fue un momento destacado de su discurso. Trump mencionó que, si su esposa Melania no hubiera estado en buena forma, podría haberse caído al subir. Esta anécdota, aunque presentada de manera humorística, refleja la frustración del presidente con lo que percibe como fallos en la infraestructura de la ONU. «Esto es lo que recibí de las Naciones Unidas: unas escaleras mecánicas estropeadas y un teleprompter roto», concluyó con un tono mordaz.
La reacción de la Casa Blanca no se hizo esperar. Karoline Leavitt, portavoz del presidente, exigió que si alguien en la ONU había apagado intencionadamente la escalera mecánica, esa persona debía ser despedida. Este comentario se produjo en un contexto donde se había informado que el personal de la ONU había bromeado sobre la posibilidad de desconectar la escalera mecánica como una forma de hacerle una broma a Trump, en alusión a los recortes de fondos que él mismo había promovido. La portavoz utilizó su cuenta en la red social X para expresar su indignación, lo que generó aún más controversia en torno a la situación.
A medida que se desarrollaba el evento, las cámaras capturaron el momento en que las escaleras mecánicas se detuvieron justo cuando Trump y Melania estaban a punto de subir. Aunque la situación podría haber sido potencialmente embarazosa, Melania mantuvo su equilibrio y continuaron su ascenso de manera tradicional. Sin embargo, la Casa Blanca insistió en que este incidente no fue un simple fallo técnico, sino un acto deliberado que requería una investigación.
Finalmente, tras varias horas de indagación, la oficina del portavoz de la ONU emitió un comunicado explicando que un operador de cámara que acompañaba a Trump pudo haber activado accidentalmente un mecanismo de seguridad que detuvo las escaleras mecánicas. Este tipo de explicaciones técnicas, aunque inusuales, se ofrecieron en un contexto donde la administración de Trump ha sido cada vez más crítica con el funcionamiento de la ONU. La situación ha puesto de manifiesto la tensión existente entre el gobierno estadounidense y el organismo internacional, así como la forma en que Trump utiliza eventos como este para reforzar su narrativa de que la ONU no está cumpliendo con su deber.
La intervención de Trump en la ONU no solo ha sido un momento de humor y controversia, sino que también ha resaltado las diferencias fundamentales en la forma en que Estados Unidos y otros países ven el papel de la organización en la resolución de conflictos globales. A medida que el mundo se enfrenta a desafíos cada vez más complejos, la crítica de Trump a la ONU podría tener repercusiones significativas en la forma en que se aborda la diplomacia internacional en el futuro. La burla del presidente a un organismo que ha sido fundamental en la promoción de la paz y la cooperación internacional plantea preguntas sobre el futuro de las relaciones entre Estados Unidos y la comunidad internacional, así como sobre el papel de la ONU en un mundo que sigue enfrentando crisis y conflictos.