El primer semestre de 2022 marcó un hito sombrío en la historia del mercado laboral gallego, con un aumento alarmante en la siniestralidad laboral. El hundimiento del buque pesquero Villa de Pitanxo, que dejó 24 personas a bordo, de las cuales solo tres sobrevivieron, fue un recordatorio trágico de los riesgos que enfrentan los trabajadores en esta región. En total, Galicia registró 45 muertes laborales en ese periodo, de las cuales cinco fueron in itinere, es decir, ocurridas durante el trayecto hacia o desde el trabajo. Esta cifra, aunque no se ha repetido desde entonces, refleja una realidad preocupante que sigue presente en el mercado laboral gallego.
Hasta junio de 2025, se contabilizaron 32 siniestros mortales, cuatro de ellos in itinere, lo que representa un incremento de dos fallecimientos en comparación con los mismos meses de 2024 y 2023. En 2021, el número de muertes laborales fue de 18. A pesar de que Galicia ha alcanzado niveles récord de afiliación y recaudación por cotizaciones, la estadística de un trabajador fallecido cada cinco días es alarmante. En total, se registraron cerca de 12,900 accidentes laborales, la mayoría de los cuales fueron leves, lo que equivale a un promedio de medio millar de siniestros por semana.
La situación se agrava al observar que Galicia se encuentra entre las comunidades con mayor índice de mortalidad laboral, solo superada por La Rioja. El índice de incidencia en Galicia se sitúa en 0.442, mientras que La Rioja presenta un índice de 0.61, aunque con solo cinco muertes, ninguna de ellas in itinere. La mayoría de los accidentes laborales en Galicia se produjeron en el sector industrial, con 3,164 incidentes, seguidos por la construcción con 1,975 y el comercio con 1,774. De los trabajadores fallecidos, dos eran autónomos, lo que subraya la vulnerabilidad de este grupo en el mercado laboral.
A nivel nacional, el número total de muertes laborales ascendió a 363, lo que representa un aumento de tres fallecimientos en comparación con el mismo periodo del año anterior. Este balance mantiene la siniestralidad laboral en niveles preocupantes y ha reavivado las críticas de los sindicatos ante la falta de avances en la reforma de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, que ha estado vigente desde 1995. De las muertes registradas, 295 ocurrieron durante la jornada laboral, mientras que 68 fueron in itinere, lo que indica una estabilidad inquietante en las cifras de siniestralidad.
La mayoría de los fallecidos eran asalariados, con un total de 334, frente a 29 trabajadores autónomos. Las causas de estas muertes son variadas, siendo los infartos, derrames cerebrales y otras causas naturales las más comunes, con 126 muertes. Las caídas mortales y los accidentes de tráfico también se encuentran entre las principales causas de fallecimiento en el trabajo, con 49 y 39 muertes respectivamente. Esta situación ha llevado a sindicatos como UGT y CC. OO. a expresar su descontento por la inacción del Gobierno en la reforma de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, cuyo anteproyecto lleva más de un año y medio estancado en la mesa de diálogo social.
El borrador de la reforma contempla la adaptación de la normativa a las emergencias climáticas, las realidades digitales, los riesgos psicosociales, la violencia y el acoso laboral, así como la inclusión de la perspectiva de género y la actualización del catálogo de enfermedades profesionales. Sin embargo, la falta de avances en este ámbito ha generado una creciente preocupación entre los trabajadores y sus representantes, quienes exigen medidas más efectivas para garantizar la seguridad y la salud en el trabajo.
La situación en Galicia es un reflejo de un problema más amplio que afecta a todo el país. La siniestralidad laboral no solo representa una tragedia personal para las familias de los trabajadores afectados, sino que también plantea serias cuestiones sobre la eficacia de las políticas de seguridad laboral y la responsabilidad de los empleadores. La necesidad de una reforma integral en la legislación laboral es más urgente que nunca, y los sindicatos continúan presionando para que se tomen medidas que protejan a los trabajadores y reduzcan el número de accidentes y muertes en el trabajo.
A medida que Galicia avanza hacia la recuperación económica, es fundamental que la seguridad laboral no se convierta en una víctima del crecimiento. La protección de los trabajadores debe ser una prioridad, y la implementación de políticas efectivas es esencial para garantizar que tragedias como las que han marcado el primer semestre de 2022 no se repitan en el futuro.