La situación en Venezuela se ha vuelto aún más tensa tras las recientes declaraciones del presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez. En un comunicado a través de sus redes sociales, Rodríguez ha alertado a Estados Unidos sobre un supuesto plan de ataque a la embajada estadounidense en Caracas, que, según él, estaría orquestado por la extrema derecha local. Este anuncio se produce en un contexto de creciente tensión entre Venezuela y EE.UU., exacerbada por la presencia militar estadounidense en las costas venezolanas.
Rodríguez ha afirmado que ha intentado comunicar esta amenaza a EE.UU. por tres vías diferentes, lo que indica la gravedad con la que el gobierno venezolano toma este asunto. Según sus declaraciones, el plan implicaría la colocación de explosivos en la sede diplomática, que ha estado cerrada desde 2019. En este sentido, el régimen bolivariano sostiene que la líder opositora, María Corina Machado, se encuentra en el edificio, lo que añade un nivel adicional de complejidad a la situación.
### Aumento de la Seguridad en la Embajada
Ante esta amenaza, el gobierno venezolano ha decidido aumentar la seguridad en los alrededores de la embajada estadounidense. Desde hace varios meses, la sede ha estado bajo una fuerte vigilancia por parte de las fuerzas de seguridad del país, lo que refleja la preocupación del régimen por posibles actos de violencia. Rodríguez también mencionó que se han comunicado con una embajada europea para advertir sobre el plan, lo que sugiere que el gobierno venezolano busca apoyo internacional en este asunto.
La embajada estadounidense en Caracas ha estado cerrada desde 2019, cuando las relaciones diplomáticas entre ambos países se deterioraron significativamente. A pesar de esto, la advertencia de Rodríguez resalta la continua tensión que existe entre Venezuela y EE.UU., especialmente en un momento en que las fuerzas militares estadounidenses han estado activas en la región. En las últimas semanas, EE.UU. ha llevado a cabo operaciones en el mar Caribe, incluyendo la detonación de lanchas que supuestamente transportaban drogas, aunque los detalles de estas operaciones han sido escasos.
### Contexto de la Tensión Militar
La presencia militar estadounidense frente a las costas de Venezuela ha sido un punto de controversia y preocupación para el gobierno de Nicolás Maduro. Desde hace más de un mes, buques de guerra y aviones de reconocimiento han estado operando en la región, lo que ha llevado a acusaciones por parte de Venezuela de que EE.UU. está intentando desestabilizar el país. Esta situación ha generado un clima de incertidumbre y miedo entre la población, así como un aumento en la retórica beligerante por parte del gobierno venezolano.
Rodríguez, en sus declaraciones, ha enfatizado que el gobierno está tomando todas las medidas necesarias para proteger la embajada y a su personal, a pesar de que la sede no está operativa. La advertencia sobre un posible ataque ha sido recibida con escepticismo por algunos analistas, quienes consideran que podría ser una táctica del gobierno para desviar la atención de los problemas internos que enfrenta Venezuela, como la crisis económica y la escasez de recursos.
El hecho de que el gobierno venezolano esté buscando apoyo internacional al comunicar esta amenaza también puede ser visto como un intento de legitimar su posición en el escenario global. Al involucrar a una embajada europea en la advertencia, Rodríguez podría estar buscando crear una narrativa de que Venezuela es víctima de un complot internacional, lo que podría ayudar a consolidar el apoyo interno y desviar la atención de las críticas sobre la gestión del gobierno.
La situación en Venezuela sigue siendo volátil y cualquier escalada en las tensiones podría tener repercusiones no solo para el país, sino también para la región en su conjunto. La comunidad internacional observa con atención cómo se desarrollan estos acontecimientos, ya que la historia reciente ha demostrado que las tensiones diplomáticas pueden rápidamente convertirse en conflictos abiertos. La advertencia de Rodríguez es un recordatorio de que, a pesar de la distancia física, las relaciones entre Venezuela y EE.UU. continúan siendo una fuente de preocupación y potencial conflicto en el futuro cercano.