En el municipio de Mesía, en la provincia de A Coruña, se encuentra una de las fábricas de teja cerámica más avanzadas de España: Tejas Verea. Fundada en 1967 por un visionario que decidió transformar una cantera de arcilla en una industria local, esta empresa ha mantenido su esencia familiar a lo largo de casi seis décadas. Hoy, bajo la dirección de la tercera generación de la familia, Tejas Verea se destaca como la única gran compañía del sector de la teja en manos 100% españolas, con un capital completamente familiar.
La historia de Tejas Verea es un claro ejemplo de cómo la tradición y la innovación pueden coexistir. Manuel Verea, actual director comercial, enfatiza la importancia de la gestión familiar en un entorno empresarial cada vez más dominado por fondos de inversión. «Queremos seguir profesionalizando la gestión, pero sin perder nunca el sello familiar que nos ha permitido llegar hasta aquí», comenta. Esta cercanía familiar no solo ha sido un pilar en la toma de decisiones, sino que también ha permitido a la empresa adaptarse rápidamente a los cambios del mercado.
### Evolución y Modernización en el Sector Cerámico
El crecimiento de Tejas Verea ha sido constante y ha estado marcado por decisiones estratégicas que han permitido a la empresa mantenerse a flote en tiempos difíciles. Un hito importante en su historia ocurrió en 2004, cuando la compañía decidió dar el salto hacia la robotización. En un sector que aún dependía de métodos semimanuales, Tejas Verea invirtió en maquinaria avanzada y procesos automatizados. Esta decisión, aunque arriesgada, resultó ser crucial para la supervivencia de la empresa durante la crisis de 2010, cuando muchas fábricas cerraron sus puertas.
Hoy en día, Tejas Verea produce alrededor de 6,000 metros cuadrados de teja diariamente, con la capacidad de superar los 10,000 metros cuadrados gracias a sus dos plantas operativas. En 2024, la empresa alcanzó una facturación de 20 millones de euros y empleó entre 75 y 80 trabajadores, una cifra que ha fluctuado debido a las ampliaciones de personal relacionadas con nuevas inversiones. Más allá de su impacto económico, Tejas Verea se ha convertido en un motor de empleo y cohesión territorial en un entorno rural que enfrenta desafíos de despoblación. La empresa se esfuerza por contratar personal local, fomentando así la estabilidad en la comunidad.
### Desafíos en el Mercado Internacional
A pesar de su éxito en el ámbito nacional, Tejas Verea enfrenta retos significativos en el mercado internacional. Hasta 2019, el 60% de sus ventas provenían de exportaciones, pero esta proporción ha cambiado drásticamente. Actualmente, el mercado nacional representa el 65% de la facturación, mientras que las exportaciones han caído al 35%. Este cambio no es resultado de una estrategia deliberada, sino de la inestabilidad global que ha afectado a las relaciones comerciales.
Un ejemplo claro de esta inestabilidad es el caso de Argelia, que pasó de ser el segundo destino de exportaciones de teja española a desaparecer del mapa debido a un conflicto diplomático. Asimismo, Francia, un comprador tradicional, ha visto una caída de más del 60% en sus importaciones en los últimos dos años. Estados Unidos, aunque sigue siendo un mercado prioritario, también muestra signos de desaceleración en el sector de la construcción. Manuel Verea señala que «hemos pasado de un sector muy estable a un escenario en el que un simple tuit puede modificar aranceles y alterar por completo un mercado».
La ubicación estratégica de la fábrica, cerca del puerto de A Coruña, ha influido en su perfil exportador. A diferencia de las fábricas del Mediterráneo que envían sus productos a África del Norte y Oriente Medio, Tejas Verea ha encontrado más natural orientar sus exportaciones hacia América, el Reino Unido y Portugal. La costa atlántica facilita el acceso a Estados Unidos y Latinoamérica, donde la estética y la tradición arquitectónica favorecen el uso de tejas cerámicas españolas.
### Futuro: Automatización y Sostenibilidad
Mirando hacia el futuro, Tejas Verea se enfrenta a dos grandes ejes de desarrollo: la automatización y la sostenibilidad. La escasez de mano de obra especializada es un problema creciente en la industria, lo que obliga a la empresa a invertir en procesos más automatizados que reduzcan la dependencia del trabajo humano. Además, la compañía se compromete a fabricar tejas más ligeras y resistentes, lo que permite cargar más unidades por contenedor y reducir los costos de transporte, que pueden representar hasta un 35% del precio final en destino.
El compromiso con el medio ambiente también es una prioridad. Tejas Verea trabaja en la reducción de emisiones de CO₂ y en la mejora de la eficiencia energética en sus hornos de cocción. Estas iniciativas no solo responden a un compromiso con la sostenibilidad, sino que también son una respuesta a la creciente demanda de los mercados internacionales, que cada vez más condicionan sus compras a criterios ecológicos.
A pesar de que 2025 se presenta como un año complicado, con expectativas de una caída del 20% en las exportaciones, la determinación de Tejas Verea de mantenerse como un referente en el sector es clara. «Somos una empresa familiar que compite en un mundo de gigantes. No podemos luchar en costes con las multinacionales, pero sí en servicio, rapidez y cercanía con el cliente», concluye Manuel. Esta filosofía ha sido la clave para su éxito y seguirá guiando a la empresa en su camino hacia el futuro.