Un total de 260 mineros han quedado atrapados bajo tierra en un yacimiento de oro a 60 kilómetros al oeste de Johannesburgo, la capital sudafricana. La empresa Sibanye Stillwater, dueña de la explotación, ha confirmado en un comunicado que se están llevando a cabo labores de rescate en la mina Kloof tras un derrumbe en el pozo 7 que ha dejado incomunicados a cerca de tres centenares de trabajadores alrededor de las 22:00 hora local de la noche del jueves. Este viernes, se desarrollan los trabajos para tratar de rescatarles a todos ellos.
La compañía minera ha informado que los 260 empleados fueron localizados y se encuentran a salvo, recibiendo alimento. A pesar de la gravedad de la situación, la empresa ha insistido en que no se han producido heridos ni muertos en el suceso. La portavoz Henrika Ninham ha explicado que están trabajando en los procedimientos de seguridad e inspección del pozo como prioridad antes de liberar a los empleados que permanecen sepultados. Sin embargo, ha sostenido que los mineros no están atrapados en el sentido estricto de la palabra, ya que se ha decidido mantenerlos en el lugar por el momento. Ninham ha añadido que esperan que la situación se resuelva alrededor del mediodía de este viernes.
Hasta ahora, solo han podido rescatar a 79 de los mineros, lo que ha generado preocupación entre sus familias y el Sindicato Nacional de Mineros, que ha expresado su inquietud por el bienestar de los trabajadores que llevan más de 20 horas sin ver la luz del día. La situación es crítica, y los esfuerzos de rescate se han complicado debido a las condiciones del terreno y la necesidad de garantizar la seguridad de los rescatistas.
La minería en Sudáfrica es uno de los principales motores de la economía del país, con cientos de miles de personas empleadas en el sector. Sudáfrica es el mayor exportador de platino y también destaca en la producción de oro, diamantes, carbón y otras materias primas. Sin embargo, la industria minera ha sido históricamente propensa a accidentes, y este incidente no es el primero de su tipo. En 2019, 1.800 trabajadores permanecieron confinados bajo tierra en una explotación del norte de Sudáfrica. Un año antes, un terremoto derrumbó el techo de una mina, provocando la muerte de siete mineros. En febrero de ese mismo año, casi mil trabajadores fueron sepultados por un incidente en la mina de oro Beatrix, a 240 kilómetros al suroeste de Johannesburgo.
La situación actual ha reavivado el debate sobre la seguridad en las minas sudafricanas, donde las condiciones de trabajo a menudo son peligrosas. Los sindicatos han exigido mejoras en las normativas de seguridad y un mayor compromiso por parte de las empresas para proteger a sus trabajadores. La presión sobre Sibanye Stillwater y otras compañías mineras ha aumentado, ya que los accidentes laborales han sido una constante en la industria, lo que ha llevado a la pérdida de vidas y a la angustia de las familias de los trabajadores.
Mientras tanto, los equipos de rescate continúan trabajando incansablemente para liberar a los mineros atrapados. La comunidad local y el país en general están a la espera de noticias positivas sobre el rescate. La esperanza es que todos los trabajadores puedan ser rescatados sanos y salvos, y que este incidente sirva como un llamado a la acción para mejorar las condiciones de seguridad en la minería sudafricana. Las autoridades han prometido investigar a fondo las causas del derrumbe y tomar medidas para evitar que situaciones similares ocurran en el futuro. La vida de los mineros y la seguridad en el trabajo deben ser la prioridad en una industria que ha sido fundamental para el desarrollo económico de Sudáfrica.