En el contexto actual de la política española, las voces de figuras históricas como Jordi Sevilla resuenan con fuerza. Este exministro de Administraciones Públicas y asesor de varios gobiernos socialistas ha compartido sus reflexiones sobre el estado de la socialdemocracia en España, un tema que preocupa a muchos en un momento en que la polarización política parece estar en su punto más álgido. En una reciente conversación, Sevilla recordó momentos clave de su carrera y analizó la evolución del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) desde la victoria de 1982 hasta la actualidad.
La noche del 28 de octubre de 1982 marcó un hito en la historia política de España. Con la victoria del PSOE, liderado por Felipe González, se abría una nueva etapa en la que la izquierda alcanzaba el poder por primera vez desde la muerte de Franco. Sevilla, que en ese entonces era un joven de 26 años, recuerda con nostalgia aquella noche de celebración en el Hotel Palace de Madrid. «Era un contexto irrepetible, una inmensa mayoría de españoles quería el cambio», afirma. Sin embargo, Sevilla también señala que el panorama político actual es muy diferente. La fragmentación y la radicalización han llevado a una situación en la que los grandes partidos parecen más preocupados por la batalla electoral que por encontrar soluciones a los problemas del país.
### La polarización y sus efectos en la democracia
Uno de los puntos más preocupantes que Sevilla destaca es la normalización del odio y la imposibilidad de llegar a acuerdos entre los principales partidos. «Los dos grandes partidos, PP y PSOE, se han dejado abducir por los extremos», señala, advirtiendo que esta tendencia puede poner en peligro la democracia en España. En su opinión, es fundamental que ambos partidos recuperen un sentido democrático y busquen el entendimiento, no solo entre ellos, sino también con la ciudadanía.
Sevilla critica la falta de diálogo y la incapacidad de los partidos para abordar problemas cruciales como la vivienda, que afecta a una gran parte de la población. A pesar de que ambos partidos coinciden en la necesidad de construir más viviendas, la falta de acuerdos ha llevado a una parálisis que perpetúa la crisis habitacional. «Si el PP y el PSOE se pusieran de acuerdo, el 70% de los españoles estarían de acuerdo», afirma, subrayando la necesidad de un proyecto de país que trascienda las diferencias partidistas.
### La búsqueda de un nuevo rumbo para el PSOE
A medida que Sevilla reflexiona sobre el futuro del PSOE, también se muestra crítico con la dirección que ha tomado el partido bajo el liderazgo de Pedro Sánchez. Según él, la «podemización» del PSOE ha desdibujado sus principios socialdemócratas, convirtiendo al partido en un instrumento para implementar políticas que no necesariamente reflejan las necesidades de la sociedad. Sevilla aboga por un regreso a las raíces del socialismo, donde el objetivo principal sea aportar soluciones a los problemas del país, en lugar de ganar elecciones a toda costa.
El exministro también hace un llamado a la juventud del partido, sugiriendo que la solución a los problemas del PSOE debe buscarse entre las nuevas generaciones. «Hay que devolverle al PSOE un discurso con voluntad de mayoría de país y con un proyecto de una España en la que no sobra nadie», enfatiza. Esta visión inclusiva es fundamental para revitalizar el partido y atraer a aquellos militantes que se han sentido alejados de la política actual.
En un momento en que la política española enfrenta desafíos sin precedentes, las reflexiones de Jordi Sevilla ofrecen una perspectiva valiosa sobre la necesidad de un cambio en la forma en que se hace política. La historia del PSOE es rica y compleja, y su futuro dependerá de la capacidad de sus líderes para adaptarse a las nuevas realidades sin perder de vista los principios que han guiado al partido desde sus inicios. La socialdemocracia, en su esencia, busca el bienestar de todos, y es este objetivo el que debe guiar a los políticos en su labor diaria. En un mundo donde la polarización y el extremismo parecen dominar, la llamada a la unidad y al diálogo es más relevante que nunca.
