La constructora OHLA ha decidido dar un paso significativo en su estrategia empresarial al anunciar el traslado de aproximadamente la mitad de su plantilla en Madrid. Este movimiento implica dejar atrás la emblemática Torre Emperador, un rascacielos que ha sido su sede desde 2004, para mudarse a un nuevo edificio en la zona de Manoteras. Este cambio no solo representa una reubicación física, sino que también refleja un ajuste en la estructura de costos de la empresa, que busca optimizar sus operaciones en un entorno económico desafiante.
La Torre Emperador, que ha sido un símbolo del poderío de OHLA y del Grupo Villar Mir, ha albergado a la constructora durante más de dos décadas. Sin embargo, la compañía ha reconocido que los altos costos de alquiler, que superan los tres millones de euros anuales, son insostenibles para algunas de sus filiales. La nueva sede, ubicada en el parque de oficinas Neos 20, ofrece un alquiler mucho más competitivo, que oscila entre 14,5 y 15,5 euros por metro cuadrado, en comparación con los cerca de 30 euros que se pagaban en la Torre Emperador.
Este cambio de sede se produce en un contexto de reestructuración y ajuste financiero para OHLA. La empresa ha estado buscando maneras de reducir gastos y mejorar su rentabilidad, lo que ha llevado a la decisión de abandonar cuatro de las siete plantas que ocupaba en su antigua sede. La mudanza está programada para llevarse a cabo en las próximas semanas y afectará a varias filiales, incluyendo Chepro y SATO, así como a la división de negocio industrial. Por otro lado, el departamento corporativo, financiero, tecnológico y el equipo directivo permanecerán en la Torre Emperador, donde aún se puede ver el logo de OHLA en la fachada.
### Un Cambio con Historia
La historia de OHLA y su relación con la Torre Emperador es rica y compleja. La torre fue construida por Inmobiliaria Espacio y la propia constructora, y se convirtió en un símbolo del auge del Grupo Villar Mir en el sector de la construcción. Sin embargo, la venta de la torre en 2015 a Emperador Properties, controlada por el magnate filipino Andrew L. Tan, marcó un cambio en la dinámica de la empresa. Desde entonces, OHLA ha enfrentado desafíos significativos, incluyendo la necesidad de ajustar su modelo de negocio tras el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2007.
A lo largo de los años, ha habido rumores sobre un posible traslado de la sede de OHLA. En 2017, se mencionó la posibilidad de mudarse a un inmueble de Merlin Properties en la zona de Arturo Soria, pero esa operación nunca se concretó. Sin embargo, la mudanza actual tiene un fuerte componente simbólico, ya que representa un cambio de era para la empresa. La Torre Emperador fue no solo un lugar de trabajo, sino también un símbolo del poder y la influencia que el Grupo Villar Mir tuvo en el sector de la construcción.
### Implicaciones para el Mercado Inmobiliario
El traslado de OHLA también tiene implicaciones más amplias para el mercado inmobiliario en Madrid. La decisión de la constructora de abandonar el centro de negocios de la ciudad puede influir en otras empresas que enfrentan costos de alquiler elevados. A medida que más compañías buscan reducir gastos, es probable que veamos un cambio en la dinámica del mercado inmobiliario, con un mayor interés en ubicaciones fuera del CBD (distrito central de negocios).
Este movimiento también podría abrir oportunidades para otros desarrolladores y propietarios de inmuebles en áreas menos centrales, que podrían atraer a empresas que buscan reducir costos sin sacrificar la calidad de sus espacios de trabajo. La tendencia hacia la búsqueda de oficinas más asequibles y funcionales podría ser un tema recurrente en los próximos años, especialmente en un contexto económico donde la eficiencia y la sostenibilidad son cada vez más valoradas.
En resumen, el traslado de OHLA a Manoteras no solo es un cambio logístico, sino que también refleja una estrategia más amplia de adaptación a un entorno económico cambiante. A medida que la empresa se reestructura y busca nuevas formas de optimizar sus operaciones, el impacto de esta decisión se sentirá en el mercado inmobiliario y en la forma en que las empresas abordan sus necesidades de espacio de trabajo en Madrid.