En los últimos meses, el narcotráfico ha adoptado métodos cada vez más audaces y peligrosos, destacando los asaltos a barcos mercantes en alta mar. Este fenómeno, conocido como ‘vuelco’, se ha convertido en una preocupación creciente para las autoridades marítimas y de seguridad. Los recientes incidentes, que involucran a buques de carga, revelan una evolución en las tácticas de las bandas criminales que buscan apoderarse de alijos de droga en el océano, lejos de la vigilancia terrestre.
La primera alerta sobre este tipo de ataques se produjo en julio, cuando la tripulación del portacontenedores ‘AS Carelia’ reportó la presencia de polizones en su embarcación, a unas 40 millas náuticas de la costa de Cádiz. A pesar de la rápida intervención de la Guardia Civil, los intrusos lograron escapar sin que se encontrara rastro de ellos. Este primer incidente marcó el inicio de una serie de asaltos que han puesto en jaque a las autoridades.
El segundo ataque tuvo lugar el 3 de septiembre, cuando el portacontenedores ‘Odysseus’, de bandera liberiana, fue abordado por dos hombres armados con acento de Europa del Este. Este barco, que había zarpado de Vigo y tenía como destino el puerto de Málaga, se encontraba en una ruta conocida por ser utilizada para el tráfico de cocaína proveniente de Sudamérica. Según informes, los asaltantes buscaban un alijo de cocaína que se sospechaba había sido introducido en el buque en el puerto de Guayaquil, Ecuador.
### La Dinámica de los Asaltos en Alta Mar
Los asaltos en alta mar son operaciones complejas que requieren un alto grado de planificación y ejecución. Las bandas que llevan a cabo estos ataques suelen estar compuestas por individuos con experiencia en el mar, lo que les permite abordar buques de gran tamaño, como los portacontenedores, que pueden superar los 200 metros de eslora. Este tipo de operaciones no solo es arriesgado, sino que también requiere un conocimiento profundo de las rutas marítimas y de las medidas de seguridad de los barcos.
Las autoridades marítimas han señalado que estos ataques son esporádicos y que, para llevarse a cabo, requieren de un ‘chivatazo’ previo que les indique que un barco específico transporta un cargamento valioso. La motivación detrás de estos asaltos puede estar relacionada con la seguridad; es más probable que la intervención policial sea más rápida en tierra que en alta mar, lo que podría explicar por qué algunas bandas optan por atacar en el océano.
En el caso del ‘Odysseus’, los asaltantes retuvieron a dos miembros de la tripulación en la sala de máquinas mientras buscaban la droga. Sin embargo, a pesar de la aparatosidad del ataque, no lograron apoderarse del cargamento, ya que la Marina portuguesa desplegó un equipo armado y un helicóptero para responder a la emergencia. A pesar de la rápida movilización, las autoridades tardaron casi 11 horas en llegar al buque, lo que permitió a los asaltantes escapar.
### Implicaciones para la Seguridad Marítima
La creciente frecuencia de estos asaltos plantea serias implicaciones para la seguridad marítima en la región. Los puertos de Málaga y Algeciras son puntos críticos en la ruta del narcotráfico, y la falta de medidas de seguridad adecuadas en algunos de estos puertos, como el de Málaga, los convierte en objetivos atractivos para los narcotraficantes. A diferencia de Algeciras, que cuenta con un escáner de detección de drogas, Málaga carece de estas medidas, lo que facilita el ingreso de cargamentos ilegales.
Los expertos en seguridad marítima advierten que la situación podría empeorar si no se implementan medidas más estrictas para proteger las rutas marítimas y los puertos. La colaboración entre las autoridades marítimas y las fuerzas de seguridad es crucial para combatir este fenómeno. Además, es fundamental aumentar la vigilancia en las aguas cercanas a los puertos y mejorar la capacitación de la tripulación de los barcos para que puedan reaccionar adecuadamente ante situaciones de riesgo.
La evolución de las tácticas de los narcotraficantes también sugiere que las bandas están adaptándose a las medidas de seguridad existentes. Esto implica que las autoridades deben estar un paso adelante en la implementación de nuevas estrategias y tecnologías para prevenir estos asaltos. La cooperación internacional es esencial, ya que el tráfico de drogas es un problema global que requiere una respuesta coordinada entre países.
En resumen, los asaltos a barcos mercantes en alta mar representan un nuevo desafío en la lucha contra el narcotráfico. La combinación de la audacia de las bandas criminales y la falta de medidas de seguridad adecuadas en algunos puertos está creando un entorno propicio para el tráfico de drogas. Es imperativo que las autoridades tomen medidas proactivas para abordar esta problemática y proteger tanto a la industria marítima como a la sociedad en general.