La Feria Internacional de Defensa y Seguridad de España (Feindef) se lleva a cabo en Madrid del 12 al 14 de mayo de 2025, en un contexto de creciente inversión en el sector de armamento en la Unión Europea. En este marco, Ricardo Domínguez, presidente de Navantia, comparte su visión sobre el futuro de la compañía y su papel en la defensa nacional e internacional.
**Preparativos y Estrategias de Inversión**
Navantia se encuentra en un proceso de transformación y modernización, anticipando un aumento significativo en la inversión del Gobierno español, que destinará más de 10.000 millones de euros a la defensa. Domínguez destaca que la empresa ha estado invirtiendo en eficiencia y tecnología, con proyectos como la nueva fábrica robotizada de bloques en Ferrol, que promete mejorar la productividad y reducir los turnos de trabajo. En los últimos cinco años, Navantia ha invertido alrededor de 500 millones de euros, con cifras de 141 millones en 2024 y 137 millones en 2023. Sin embargo, el presidente aclara que el plan de inversiones no ha finalizado, ya que se ajusta a las necesidades del mercado y la demanda de carga de trabajo.
La cartera de pedidos de Navantia ha mostrado un crecimiento, aunque Domínguez señala que la obtención de contratos es un proceso lento. Desde el primer contacto con un cliente internacional hasta el inicio de la construcción de un buque pueden pasar hasta seis años. A pesar de esto, el panorama parece más estable en comparación con el pasado, lo que permite a la empresa tomar decisiones más informadas y estratégicas. En Ferrol, por ejemplo, se han generado 5.000 nuevos empleos en el astillero, lo que contribuye a la estabilidad económica de la región.
**Desafíos y Oportunidades en el Mercado Internacional**
A pesar de los avances, Navantia enfrenta desafíos significativos, incluyendo una deuda elevada de 1.800 millones de euros y años de pérdidas. Domínguez menciona que, aunque la empresa podría estar generando beneficios en este momento, se han priorizado inversiones para mejorar la competitividad a largo plazo. El objetivo es alcanzar números positivos en un plazo de tres años, lo que permitiría comenzar a reducir la deuda.
En cuanto a la relación con el Ministerio de Defensa, Domínguez enfatiza que Navantia debe responder a las demandas del Gobierno, proporcionando tecnología de vanguardia. La empresa se considera un motor económico en las regiones donde opera, colaborando con unas 3.000 empresas proveedoras en España. Sin embargo, el presidente también aborda la necesidad de una mayor colaboración a nivel europeo, sugiriendo que la creación de un «Airbus naval» podría ser beneficiosa para competir con potencias como Estados Unidos.
La reciente adquisición de Harland & Wolff, un astillero británico, representa un cambio estratégico para Navantia, permitiendo la expansión de capacidades en el Reino Unido y Australia. Sin embargo, Domínguez aclara que no hay planes inmediatos para realizar más adquisiciones, a menos que surjan oportunidades tecnológicas específicas.
Un tema candente en la industria es la pérdida de un contrato de submarinos con India, que muchos atribuyen a la reputación negativa de un modelo anterior. Domínguez defiende la calidad del submarino actual, que incorpora tecnología avanzada, y explica que la falta de pruebas en mar del sistema AIP (propulsión independiente del aire) ha sido un obstáculo en la negociación.
Finalmente, en el contexto de la relación con Estados Unidos, Domínguez asegura que la colaboración es fluida, especialmente en el mantenimiento de la flota de la Marina estadounidense en la base de Rota. A pesar de que no se prevé la venta de buques a EE.UU., la empresa mantiene una relación de trabajo estrecha y positiva.
En cuanto a la innovación, Navantia está explorando el desarrollo de drones de superficie y submarinos, reconociendo que estos mercados emergentes son cruciales para el futuro de la defensa naval. La empresa ya opera prototipos de drones y está comprometida con la investigación y el desarrollo en este ámbito.
La entrevista con Ricardo Domínguez revela un panorama de desafíos y oportunidades para Navantia, que se posiciona como un actor clave en la defensa europea y global, mientras navega por un entorno de inversión y competencia en constante evolución.