La jornada del viernes ha traído consigo un panorama sombrío para los mercados europeos, que han cerrado en rojo tras varios días de alta tensión. El índice Ibex 35 ha descendido un 0,81%, alcanzando los 12.208 puntos, a pesar de haber comenzado la sesión con un leve optimismo. Este descenso se atribuye principalmente a la reciente escalada en la guerra comercial entre Estados Unidos y China, que ha llevado a China a aumentar los aranceles sobre las importaciones estadounidenses hasta un 125%. Las principales bolsas europeas han seguido esta tendencia negativa, con el CAC 40 francés cayendo un 1,07%, el FTSE MIB italiano un 1,80%, el DAX 30 alemán un 1,53%, el FTSE 100 británico un 0,49% y el Stoxx 600 un 1,17%.
La apertura de los mercados europeos fue influenciada por el fuerte descenso que experimentó Wall Street en la jornada anterior, donde el Nasdaq sufrió una caída del 4,3%, el S&P 500 un 3,46% y el Dow Jones un 2,50%. La euforia que había caracterizado a la sesión del miércoles, cuando los índices se dispararon más de un 10% debido a la expectativa de una tregua arancelaria, se desvaneció rápidamente. La confirmación de que la pausa de 90 días en los aranceles no incluía a China ha intensificado la preocupación entre los inversores.
La situación se complicó aún más cuando el presidente Donald Trump reveló que el total de aranceles impuestos a Pekín asciende a un 145%, superando las expectativas del mercado. Esta revelación ha reavivado las tensiones en el parqué estadounidense y ha generado acusaciones políticas, con la senadora Elizabeth Warren y el senador Adam Schiff pidiendo una investigación sobre la posible manipulación del mercado por parte de Trump en beneficio de sus donantes de Wall Street.
En el ámbito macroeconómico español, el Índice de Precios de Consumo (IPC) ha mostrado un leve aumento del 0,1% en marzo en comparación con el mes anterior, aunque su tasa interanual ha disminuido en siete décimas, situándose en un 2,3%, el nivel más bajo desde octubre del año pasado. Dentro del Ibex 35, las acciones de Inditex, Grifols y ArcelorMittal han experimentado los mayores ascensos, mientras que Repsol, Solaria e IAG han registrado las caídas más significativas.
El impacto de la guerra comercial también se ha sentido en los mercados asiáticos. El Nikkei 225 japonés ha caído un 3,20%, y el Topix ha cedido casi un 4%. En Corea del Sur, el Kospi ha bajado un 0,92%, aunque el índice Kosdaq ha sorprendido con un aumento del 1,51%. En contraste, las pérdidas en China han sido más moderadas, con el Hang Seng de Hong Kong cayendo un 0,8% y el índice CSI 300 apenas cediendo un 0,6%.
La diferencia en la reacción de los mercados asiáticos se debe, en gran medida, a las intervenciones estatales en China. Empresas públicas y fondos soberanos han comenzado a comprar acciones para estabilizar el mercado, y varias compañías han anunciado recompras de acciones como un gesto de confianza. Liam Zhou, fundador de Minority Asset Management, ha expresado su optimismo sobre la capacidad de China para reducir su dependencia de EE.UU. y manejar el riesgo inmobiliario. Sin embargo, otros analistas, como Stephen Innes de SPI Asset Management, advierten sobre la fragilidad del yuan y la posibilidad de que el mercado se desinfle rápidamente.
A nivel global, la presión sobre los mercados se ha reflejado en el índice MSCI de Asia-Pacífico, que ha caído un 0,3%. Los futuros del S&P 500 y del Nasdaq anticipan nuevas pérdidas en EE.UU. El dólar ha mostrado debilidad frente al euro, que se cotiza a 1,1279 dólares, mientras que el oro ha alcanzado nuevos máximos como refugio ante el temor a una recesión. El petróleo también ha experimentado un aumento, con el barril de Brent alcanzando los 64,09 dólares y el Texas subiendo a 60,80 dólares. En el mercado de deuda, el rendimiento del bono estadounidense a 10 años ha aumentado hasta el 3,323%, reflejando la tensión generalizada entre los inversores.