La noche del 14 de junio de 2025, Washington D.C. fue escenario de un desfile militar que el presidente Donald Trump organizó para celebrar su 79 cumpleaños, coincidiendo con el 250 aniversario del Ejército de EE.UU. Sin embargo, este evento se vio opacado por la realización de más de dos mil protestas en todo el país bajo el lema «No Kings» (No a los Reyes), que criticaban las políticas migratorias y el autoritarismo del mandatario. Los organizadores de las manifestaciones argumentaron que Trump se comporta como un rey desde su regreso a la Casa Blanca, utilizando el Ejército, que fue fundado para combatir la monarquía británica, como un medio para glorificarse a sí mismo.
Las protestas se extendieron desde Nueva York hasta Los Ángeles, y aunque algunas movilizaciones fueron desconvocadas, como en Minnesota tras los atentados contra dos legisladores estatales, en Palm Beach, Florida, miles de personas se congregaron cerca de la residencia de Trump en Mar-a-Lago. Los manifestantes, que se reunieron inicialmente en el parque Phipps, lograron acercarse a la mansión del presidente, a pesar de que él se encontraba en Washington. Muchos de los asistentes prefirieron no revelar su identidad por temor a represalias, pero todos coincidieron en la importancia de su presencia en la protesta.
El desfile militar, que fue criticado por los convocantes y por los demócratas, fue visto como un intento de Trump de alimentar su ego. En el pasado, el presidente había hecho comparaciones con la realeza, incluso compartiendo una ilustración de él con una corona en redes sociales. Sin embargo, en un intento de distanciarse de estas comparaciones, Trump declaró: «No me siento un rey. Tengo que pasar por un infierno para que me aprueben las cosas». A pesar de las previsiones de lluvia y tormentas eléctricas en la capital, Trump anunció en su plataforma Truth Social que el desfile se llevaría a cabo sin importar las condiciones climáticas.
Las protestas no solo se centraron en el desfile, sino que también surgieron en respuesta a las recientes redadas contra migrantes. Según informes, la administración Trump decidió pausar estas redadas, especialmente entre trabajadores agrícolas y de la industria de la hospitalidad, debido a la creciente impopularidad de estas acciones entre los empresarios de esos sectores. La decisión de frenar las redadas se interpretó como un intento de apaciguar a la opinión pública y evitar un mayor descontento social.
Las manifestaciones bajo el lema «No Kings» se convirtieron en un símbolo de resistencia contra lo que muchos consideran un régimen autoritario. Los organizadores de las protestas han enfatizado que el verdadero poder no se exhibe en desfiles militares, sino que reside en la capacidad de la ciudadanía para unirse y alzar la voz contra las injusticias. Las movilizaciones han sido una respuesta a la creciente preocupación por la dirección que está tomando el país bajo la administración de Trump, especialmente en lo que respecta a los derechos de los inmigrantes y las libertades civiles.
A medida que las protestas se desarrollaban en todo el país, los manifestantes expresaron su frustración no solo con las políticas de Trump, sino también con la percepción de que el presidente está utilizando su posición para consolidar su poder personal. Las críticas se han intensificado en torno a la forma en que el mandatario ha manejado las relaciones con los medios de comunicación y su retórica incendiaria, que muchos consideran divisiva y peligrosa.
Las movilizaciones de este 14 de junio no solo fueron una manifestación de descontento, sino también una llamada a la acción para aquellos que se sienten marginados por las políticas del gobierno. La diversidad de los participantes, que incluía a personas de diferentes orígenes y edades, reflejó la amplia gama de preocupaciones que existen en la sociedad estadounidense. Desde activistas por los derechos de los inmigrantes hasta defensores de la justicia social, todos se unieron en un esfuerzo por hacer escuchar sus voces.
A medida que el desfile militar se desarrollaba en Washington, los manifestantes en otras ciudades continuaron su lucha, recordando a todos que la democracia no se trata solo de elecciones, sino también de la participación activa de la ciudadanía en la defensa de sus derechos. La noche culminó con un sentimiento de esperanza entre los participantes, quienes creen que el cambio es posible a través de la unidad y la resistencia pacífica. Las protestas del 14 de junio de 2025 se inscriben en un contexto más amplio de movilización social que ha caracterizado los últimos años en EE.UU., donde la lucha por la justicia y la igualdad sigue siendo una prioridad para muchos.