Eduardo Casanova, un nombre que ha resonado en el mundo de la televisión y el cine español, ha compartido su experiencia en el programa ‘Pasa sin llamar’. A sus 14 años, hizo su debut en la serie ‘Aída’, un papel que no solo lo catapultó a la fama, sino que también marcó un hito en la representación de la comunidad LGBTQ+ en la televisión. En esta conversación, Casanova reflexiona sobre su trayectoria, las dificultades que enfrentó y su evolución como artista.
Desde sus inicios en ‘Aída’, Eduardo ha sido un pionero en la representación de personajes homosexuales en la pantalla. Su personaje, Fidel, un joven homosexual, fue uno de los primeros en ser retratado de manera auténtica en la televisión española. Casanova recuerda con nostalgia y un toque de ironía cómo, a tan corta edad, se vio inmerso en un mundo de trabajo intenso y exigente. «Llegué a hacer 16 horas de rodaje. En aquella época no había ley del menor», comenta, subrayando las largas jornadas que tuvo que afrontar en un entorno que no siempre priorizaba el bienestar de los jóvenes actores.
### La Influencia de ‘Aída’ en la Carrera de Casanova
El impacto de ‘Aída’ en la carrera de Eduardo Casanova es innegable. A pesar de las largas horas y las dificultades, el actor considera que su tiempo en el plató fue una experiencia formativa invaluable. «Aprendí mucho más en un plató que en el colegio», afirma, destacando cómo la práctica y la experiencia en el set le proporcionaron habilidades que no habría adquirido en un entorno académico tradicional.
Casanova se presenta con humor ante la audiencia, diciendo: «Para las personas que no me ubiquen, soy el maricón de ‘Aída’, que ahora dirige». Esta declaración no solo refleja su sentido del humor, sino también su orgullo por haber interpretado un papel que, en su momento, fue revolucionario. A medida que ha crecido, ha llegado a valorar más la importancia de su personaje. «Creo que Fidel es todo un icono», dice, reconociendo el impacto que tuvo en la visibilidad de la comunidad LGBTQ+ en los medios.
El actor también revela que, a lo largo de su interpretación, decidió añadir más pluma al personaje de lo que estaba escrito en el guion. «El director me decía que la bajara, pero yo llegué a un sitio en el que se me permitió hacer el maricón más maricón. Para mí era una liberación», confiesa. Esta libertad creativa no solo le permitió explorar su identidad, sino que también contribuyó a la evolución de la representación de personajes homosexuales en la televisión.
### Reflexiones sobre la Comunidad LGBTQ+
En su conversación, Eduardo Casanova también reflexiona sobre la situación actual de la comunidad LGBTQ+. Reconoce que, aunque se han logrado avances significativos en la representación y aceptación, aún existen desafíos que deben abordarse. «Yo creo que en el colectivo hay muchos rangos, y el hombre blanco es el más privilegiado, pero dentro de los maricones hay que proteger a dos: a los niños y a las personas mayores», señala, enfatizando la necesidad de cuidar y apoyar a los miembros más vulnerables de la comunidad.
Casanova ha utilizado su plataforma para abogar por una mayor inclusión y representación en los medios. Su trabajo no solo se limita a actuar; también ha incursionado en la dirección, llevando su visión y experiencias a la pantalla de una manera que busca inspirar y educar. Su enfoque en contar historias auténticas y diversas ha resonado con el público, y su compromiso con la comunidad LGBTQ+ es evidente en cada proyecto que emprende.
La trayectoria de Eduardo Casanova es un testimonio de la evolución de la representación en los medios y de cómo un joven actor puede convertirse en un líder en la industria. Su historia es un recordatorio de que, a pesar de los desafíos, la pasión y la dedicación pueden abrir puertas y crear oportunidades para otros. A medida que continúa su carrera, es probable que siga siendo una voz influyente en la lucha por la igualdad y la representación en el cine y la televisión.