En el contexto del conflicto israelo-palestino, la vida cotidiana en Israel parece seguir su curso, ajena a la devastación que ocurre en Gaza. Sin embargo, hay voces que se levantan en medio de este silencio, como la de Uriel Kon, un editor de origen argentino que dirige el sello independiente Tesha Neshamot en Tel-Aviv. A través de su trabajo, Kon busca desafiar la narrativa predominante y dar espacio a las voces que son sistemáticamente ignoradas en la literatura israelí.
La situación en Gaza ha sido objeto de intensos debates y críticas internacionales, pero dentro de Israel, la percepción del conflicto es notablemente diferente. La mayoría de la población parece vivir en una burbuja, disfrutando de actividades cotidianas como salir a cenar, ir al cine o hacer ejercicio, mientras que el sufrimiento de los palestinos queda relegado a un segundo plano. En este contexto, las librerías de Tel-Aviv y Jerusalén se convierten en un microcosmos de esta desconexión, donde los libros que abordan el conflicto son escasos y, cuando existen, carecen de una crítica contundente hacia la situación en Gaza.
### La Producción Literaria y la Falta de Crítica
Desde el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023, se han publicado alrededor de 300 títulos en hebreo que abordan el conflicto, pero la mayoría de ellos se centran en relatos de rehenes liberados o experiencias de militares, dejando de lado la perspectiva palestina. Uriel Kon ha denunciado esta falta de diversidad en la narrativa, señalando que los textos que se encuentran en las librerías israelíes no reflejan la complejidad del conflicto ni ofrecen una crítica a la aniquilación de los palestinos. En su sello, ha comenzado a incluir una nota en la contraportada de sus libros que expresa su oposición al asesinato de inocentes en Gaza y pide un alto el fuego inmediato.
El gesto de Kon ha sido recibido con burlas y un silencio abrumador por parte de sus colegas, lo que ha llevado a su ostracismo en el mundo literario israelí. A pesar de esto, su compromiso con la verdad y la justicia lo ha llevado a publicar obras que buscan fomentar un diálogo entre las comunidades árabe y hebrea. Su libro ‘Léxico para una sociedad conjunta’ es un ejemplo de este esfuerzo, recopilando textos de 20 autores que abordan la construcción de una sociedad compartida.
La falta de crítica en la literatura israelí no es un fenómeno aislado. Kon señala que muchos intelectuales y escritores que se oponen a la política de Netanyahu lo hacen en medios internacionales, pero evitan hacerlo en el ámbito local. Este fenómeno se traduce en una retórica ambigua que no desafía realmente el status quo. Por ejemplo, el reconocido autor David Grossman, a pesar de haber expresado su oposición a las políticas del gobierno, no ha sido lo suficientemente contundente en sus declaraciones en medios israelíes. Kon critica esta falta de valentía, sugiriendo que los escritores deberían adoptar posturas más firmes, como negarse a que sus libros sean distribuidos en territorios ocupados.
### La Cultura como Refugio y su Desgaste
La cultura juega un papel crucial en la sociedad, especialmente en tiempos de conflicto. Sin embargo, Kon advierte que en Israel, la tasa de lectura ha disminuido drásticamente, cayendo un 40% en los últimos años y un 50% desde el inicio de la guerra. Esta disminución no solo refleja un cambio en los hábitos de consumo cultural, sino también un desinterés general por la crítica y el diálogo sobre el conflicto. La cultura, que debería ser un espacio de reflexión y resistencia, se ha visto afectada por la polarización y el miedo.
Kon argumenta que las sociedades que permiten que la cultura sea socavada son más propensas a cometer atrocidades. En este sentido, la falta de voces críticas en la literatura israelí puede ser vista como un síntoma de una sociedad que prefiere ignorar la realidad dolorosa que enfrenta. La desconexión entre la vida cotidiana y el sufrimiento en Gaza es un reflejo de esta tendencia, donde la cultura se convierte en un refugio que, en lugar de desafiar, perpetúa la indiferencia.
A pesar de los desafíos, Uriel Kon continúa su labor en Tesha Neshamot, buscando abrir espacios para la discusión y la crítica. Su trabajo es un recordatorio de que, incluso en medio de la adversidad, siempre hay lugar para la resistencia cultural. La literatura tiene el poder de cambiar percepciones y abrir diálogos, y es a través de iniciativas como la de Kon que se puede empezar a construir un futuro más inclusivo y comprensivo.
La lucha de Kon no es solo por su sello editorial, sino por un cambio en la narrativa cultural de Israel. En un momento en que la sociedad parece estar atrapada en un ciclo de violencia y deshumanización, su voz se alza como un faro de esperanza, recordando que la literatura puede ser una herramienta poderosa para la paz y la reconciliación. A medida que el conflicto continúa, la necesidad de voces críticas y comprometidas se vuelve más urgente que nunca, y es en este contexto que el trabajo de editores como Uriel Kon cobra una relevancia vital.