La transformación de las ciudades en espacios de consumo y espectáculo ha sido objeto de análisis por diversos teóricos y críticos contemporáneos. Henri Lefebvre, un destacado sociólogo del urbanismo, advirtió hace décadas sobre el riesgo de que las ciudades se convirtieran en meras mercancías, despojadas de su vida cotidiana y de su esencia como espacios de convivencia. Hoy, su diagnóstico resuena con más fuerza que nunca, ya que las ciudades enfrentan nuevos desafíos provocados por la digitalización, la mercantilización extrema y una gestión pública que prioriza los intereses de grandes inversores y flujos turísticos sobre las necesidades de sus habitantes.
**La Ciudad Clickbait: Un Espacio para el Consumo Visual**
En este contexto, el concepto de «Ciudad Clickbait» se ha vuelto relevante. Vicent Molins, periodista y analista urbano, describe cómo muchas ciudades españolas han adoptado una lógica de marketing digital, gestionándose como marcas que priorizan la visibilidad y el rendimiento turístico. Esta transformación implica que las calles, plazas y eventos se convierten en productos diseñados para ser consumidos masivamente, tanto de forma presencial como digital. La ciudad se convierte en un contenido audiovisual elaborado para redes sociales y aplicaciones turísticas, donde la estética y la atracción visual son más importantes que la vida vecinal.
Un claro ejemplo de esta tendencia es la ciudad de Vigo, cuyo alcalde, Abel Caballero, ha convertido su alumbrado navideño en un espectáculo que rivaliza con el de grandes ciudades como Nueva York. Este tipo de eventos, aunque pueden atraer turistas, plantea interrogantes sobre su costo real y su impacto en la vida cotidiana de los ciudadanos. Molins sugiere que la ciudad se divide entre quienes la ven como mercancía y quienes la consideran un hogar lleno de historia y memoria.
**La Ciudad Copyright: Privatización y Control del Espacio Urbano**
Por otro lado, el concepto de «Ciudad Copyright» propuesto por el politólogo Conrado Romo, aborda cómo la lógica de la propiedad intelectual se impone sobre el espacio urbano. En este modelo, los derechos sobre el uso del espacio público y las expresiones culturales están reservados para aquellos que pueden invertir grandes sumas de dinero. Romo examina cómo en ciudades globales, la cultura y la estética quedan sometidas a dinámicas extractivas que privatizan la experiencia urbana, expulsando a la diversidad popular en nombre de la innovación.
En Guadalajara, México, por ejemplo, se han implementado políticas que han desplazado a comunidades del centro histórico bajo el pretexto de revitalizar la cultura y el deporte, cuando en realidad el objetivo es abrir espacio a inversores que replican una ciudad genérica. Esta lógica de privatización se extiende a las llamadas «Smart Cities», donde la promesa de eficiencia tecnológica elimina la autonomía y la participación ciudadana, dejando las decisiones en manos de algoritmos y corporaciones.
Ambos conceptos, Ciudad Clickbait y Ciudad Copyright, reflejan una transformación profunda en la forma en que concebimos y habitamos nuestras ciudades. La mercantilización del espacio urbano ha llevado a una crisis de identidad en muchas localidades, donde la búsqueda de un modelo de éxito se traduce en la imitación de narrativas ajenas, en lugar de fomentar una identidad local auténtica.
**Gentrificación Narrativa y la Crisis de Autoestima Urbana**
Vicent Molins también introduce el concepto de «gentrificación narrativa», que se refiere a cómo las ciudades dejan de contarse a sí mismas y comienzan a imitar relatos de éxito ajenos. Esta crisis de autoestima urbana se manifiesta en la necesidad de construir una identidad desde la carencia, llevando a muchas ciudades a buscar ser vistas como «nuevas Silicon Valleys» sin comprender realmente qué implica este modelo. La presión por atraer inversiones y turistas ha llevado a una lógica de servilismo urbano, donde la imagen se prioriza sobre la vida real de los habitantes.
La falta de autoestima se ilustra en declaraciones de figuras políticas que priorizan el turismo sobre las necesidades de los ciudadanos. En Málaga, por ejemplo, la ministra de Vivienda sugirió que si los malagueños no tienen un lugar donde vivir, ¿quién atenderá a los turistas? Esta mentalidad refleja una profunda desconexión entre las políticas urbanas y la realidad de sus habitantes, donde la ciudad se convierte en un mero producto para el consumo.
**El Futuro de Nuestras Ciudades: Un Llamado a la Acción**
La mercantilización de las ciudades plantea un desafío crucial para el futuro del urbanismo. La intervención pública se presenta como una necesidad urgente para regular el uso del espacio urbano y garantizar que las ciudades sigan siendo habitables y accesibles para todos. La regulación no debe verse como un ataque al mercado, sino como un medio para asegurar que la competencia y la diversidad se mantengan en el tejido urbano.
La transformación de las ciudades no debe ser un proceso que beneficie únicamente a grandes corporaciones y turistas, sino que debe centrarse en las necesidades de quienes realmente habitan y construyen la vida urbana. Si no se reivindica el derecho a la ciudad, corremos el riesgo de vivir en espacios despojados de su esencia, convertidos en parques temáticos para el consumo y la explotación. La ciudad es de quienes la habitan, y es fundamental que se tomen medidas para proteger su identidad y su vida cotidiana.
