La avispa velutina, también conocida como avispón asiático, se ha convertido en una amenaza seria en varias regiones de España, especialmente en Galicia. Recientemente, la muerte de tres hombres a causa de sus picaduras ha encendido las alarmas sobre la creciente población de este insecto invasor. Expertos advierten que la situación podría empeorar si no se toman medidas efectivas para controlar su expansión. En este contexto, es crucial entender qué es la avispa velutina, cómo llegó a España y cuáles son las medidas que se deben implementar para mitigar su impacto.
### Características y Comportamiento de la Avispa Velutina
La avispa velutina es una especie invasora originaria de Asia que fue detectada por primera vez en Europa en 2004, específicamente en Francia. Desde entonces, su población ha crecido de manera alarmante, extendiéndose a otros países como Nueva Zelanda y Estados Unidos. Esta especie se distingue por su tamaño mayor y su color negro con patas amarillas, lo que le ha valido el apodo de «avispa de patas amarillas».
Una de las características más preocupantes de la avispa velutina es su comportamiento depredador. Se alimenta principalmente de abejas de miel y otros polinizadores, lo que representa una amenaza directa para la apicultura y la biodiversidad. Además, su veneno es más potente que el de otras avispas autóctonas, lo que aumenta el riesgo de reacciones alérgicas severas. De hecho, se estima que alrededor del 75% de las anafilaxias mortales por picaduras de insectos en España son causadas por la avispa velutina.
La llegada de esta especie a España se atribuye a un cargamento de macetas de bonsáis que llegó desde Asia a través del puerto de Burdeos. Desde su detección en Navarra en 2010, la avispa velutina ha ido expandiéndose a un ritmo de 25 a 30 kilómetros al año. En Galicia, se han registrado miles de nidos, lo que ha llevado a un aumento en el número de picaduras y, lamentablemente, de muertes.
### Estrategias para Controlar la Expansión de la Avispa Velutina
La situación actual en Galicia es alarmante, y los expertos como Xess Fes, profesor de la Universidad Carlemany, han hecho un llamado urgente a las autoridades para que implementen un plan de acción claro y efectivo. Este plan debe incluir la colaboración de todos los actores involucrados, desde apicultores hasta servicios de emergencia y administraciones locales.
Una de las principales críticas hacia la gestión actual es la falta de rapidez en la detección y eliminación de nidos. En Málaga, por ejemplo, se tardó meses en identificar un nido a pesar de que los ciudadanos y apicultores habían reportado avistamientos. Los expertos sugieren que se deben utilizar metodologías más eficientes para detectar nidos, ya que las trampas masivas han demostrado ser ineficaces. De cada 100 insectos atrapados, solo uno es una avispa velutina, lo que subraya la necesidad de un enfoque más proactivo.
Además, es fundamental educar a la población sobre los riesgos asociados con las picaduras de avispa velutina. Las personas alérgicas deben llevar siempre consigo un autoinyector de adrenalina, y se recomienda que los trabajadores del campo eviten desbrozar en épocas de alta actividad de la avispa, como en otoño. También es importante que cualquier persona que sufra una picadura busque atención médica inmediata si presenta síntomas de reacción alérgica, como dificultad para respirar o hinchazón generalizada.
La expansión de la avispa velutina no solo afecta a la salud humana, sino que también tiene implicaciones graves para la agricultura y la polinización. Si no se toman medidas efectivas, podríamos enfrentar un futuro en el que la población de abejas disminuya drásticamente, lo que tendría un efecto dominó en la producción de alimentos y la salud de los ecosistemas.
La situación es crítica y requiere una respuesta coordinada y efectiva. La comunidad científica y las autoridades deben trabajar juntas para desarrollar estrategias que no solo controlen la población de avispas velutinas, sino que también protejan a las personas y al medio ambiente de sus efectos devastadores. La lucha contra esta especie invasora es un desafío que no se puede ignorar, y es responsabilidad de todos actuar antes de que sea demasiado tarde.
		