Un colectivo de más de 50,000 profesionales médicos, representando a más de 20 sociedades científicas, ha emitido un contundente mensaje sobre el consumo de alcohol: «No hay un consumo seguro, ni siquiera moderado». Este posicionamiento, que busca priorizar un enfoque médico-científico y políticas efectivas para mejorar la salud pública, resalta la necesidad urgente de abordar el consumo de alcohol en la sociedad actual.
### La Realidad del Consumo de Alcohol en España
El consumo de alcohol se ha normalizado en la sociedad española, especialmente entre los jóvenes. Según la última Encuesta Estatal sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias (ESTUDES), el 75.9% de los estudiantes de 14 a 18 años ha consumido alcohol en algún momento de su vida. Además, el 56.6% lo ha hecho en el último mes, lo que indica un patrón preocupante de consumo, conocido como «binge drinking» o atracón. Este fenómeno se ha vuelto común entre los adolescentes, quienes a menudo no perciben el riesgo asociado con el consumo de alcohol.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica el alcohol como un agente cancerígeno del grupo 1, al mismo nivel que el tabaco, lo que subraya la gravedad de su impacto en la salud. En España, se estima que el alcohol está relacionado con aproximadamente 15,000 muertes al año y más de 200 problemas de salud, enfermedades y lesiones. Rodrigo Córdoba, médico de familia, enfatiza que el consumo de alcohol puede desencadenar una serie de enfermedades y es responsable de muertes prevenibles.
### Propuestas para Mitigar el Consumo de Alcohol
El manifiesto elaborado por los profesionales de la salud incluye nueve puntos clave que buscan reducir el impacto del alcohol en la salud pública. Uno de los objetivos más destacados es reducir la demanda de alcohol mediante la alineación de los impuestos sobre las bebidas alcohólicas con la media europea. Actualmente, estos impuestos son significativamente más bajos en España, lo que contribuye a un mayor consumo, especialmente entre menores y poblaciones vulnerables.
Además, se propone un etiquetado similar al del tabaco, que informe sobre los riesgos del consumo de alcohol. Este etiquetado debería incluir advertencias sobre el contenido energético, el perfil nutricional y los riesgos asociados con la conducción de vehículos y el consumo en personas menores de edad y embarazadas. La evidencia científica respalda que un etiquetado claro puede ayudar a reducir el consumo de alcohol y proteger a la ciudadanía de la manipulación por parte de intereses económicos.
Otra de las propuestas es regular estrictamente la publicidad y promoción de bebidas alcohólicas, especialmente en medios dirigidos a menores. Esto incluye la prohibición de promociones como «2×1» o «happy hours» en locales de hostelería, que fomentan el consumo excesivo. La regulación de los puntos de venta y la accesibilidad al alcohol para menores también es crucial. Los expertos sugieren que se deben establecer horarios restringidos y limitar la exposición de bebidas alcohólicas en supermercados y otros puntos de venta.
### La Importancia de la Educación y la Prevención
La educación es un pilar fundamental en la lucha contra el consumo de alcohol. Se propone implementar programas educativos validados en la población escolar, que involucren a toda la comunidad educativa, incluyendo alumnos, familias y profesores. Estos programas deben estar libres de la influencia de la industria del alcohol y basarse en experiencias exitosas.
Además, es esencial mejorar la asistencia sanitaria y social relacionada con el consumo de alcohol. Los profesionales de la salud deben recibir formación en intervención breve para el consumo de riesgo y perjudicial de alcohol. Esta intervención ha demostrado ser moderadamente efectiva en adultos y puede ser un recurso valioso para abordar el problema del alcohol en la sociedad.
Por último, se hace un llamado a promover un ocio libre de alcohol, creando y promocionando espacios de entretenimiento y alternativas saludables, especialmente dirigidas a jóvenes y familias. La normalización de conductas de no consumo y actitudes positivas hacia un estilo de vida libre de alcohol es fundamental para cambiar la percepción social sobre el consumo de esta sustancia.
El manifiesto destaca que, aunque el consumo cero de alcohol puede no ser una meta alcanzable para toda la población de inmediato, es crucial en ciertos grupos y circunstancias, como menores de edad, mujeres embarazadas y conductores. La abstención total debe ser un objetivo innegociable para la salud pública. Las sociedades científicas que respaldan este manifiesto incluyen la Sociedad Española de Neurología, la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria, entre otras, todas comprometidas en la lucha contra el consumo de alcohol y sus consecuencias en la salud pública.