La situación en Gaza se ha vuelto cada vez más tensa, con Israel preparado para llevar a cabo una ocupación de la Ciudad de Gaza. A pesar de las propuestas de alto el fuego provenientes de Egipto y Catar, que han sido aceptadas por Hamas, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha optado por reforzar la vía militar. Esta decisión ha llevado a la activación de la operación Carros de Geden II, que busca impedir que Hamas se reorganice en la zona central de Gaza, incluyendo la ciudad y los campos de refugiados aledaños.
El Ejército israelí ha desplegado varias unidades alrededor de los principales barrios de la capital del enclave, y ha emitido órdenes para llamar a filas a 60,000 reservistas como fuerzas de apoyo. El ministro de Defensa, Israel Katz, ha instado a las Fuerzas de Defensa a utilizar todas las herramientas y el poder disponibles para atacar al enemigo. La operación tiene como objetivo ser gradual, precisa y selectiva, accediendo a áreas donde el Ejército no ha operado hasta ahora. Según el portavoz militar, Effie Defrin, el Ejército ya controla las puertas de la Ciudad de Gaza tras el inicio de las operaciones preliminares.
En las últimas semanas, Israel ha intensificado sus ataques en localidades cercanas, como Yabalia y el barrio Al Zaytoun, preparando así la entrada de sus tropas y la evacuación obligatoria de los aproximadamente un millón de habitantes que aún sobreviven entre las ruinas hacia el sur. Se estima que entre 110,000 y 130,000 reservistas participarán en la operación, con la mayoría de ellos dedicándose a la fuerza aérea, inteligencia y apoyo en las zonas limítrofes de la Franja.
Netanyahu ha mostrado urgencia en la ejecución de la invasión, acortando los plazos para la toma de los últimos bastiones terroristas y la derrota de Hamas. Sin embargo, fuentes militares han indicado que el primer ministro no ha descartado la posibilidad de una tregua, señalando que el Gobierno pausará las operaciones si se llega a un acuerdo.
### Reacciones Internacionales y Consecuencias Humanitarias
La comunidad internacional ha reaccionado con preocupación ante la escalada de la violencia en Gaza. El presidente francés, Emmanuel Macron, ha advertido que la ofensiva militar de Israel podría llevar a un desastre para ambos pueblos y arrastrar a la región hacia una guerra permanente. Por su parte, el portavoz adjunto de la cancillería alemana, Steffen Meyer, ha instado a un alto el fuego completo e inmediato, enfatizando la necesidad de liberar a los cautivos.
En medio de esta crisis, el Gobierno de Estados Unidos ha impuesto sanciones a cuatro miembros de la Corte Penal Internacional (CPI) por emitir órdenes de arresto contra Netanyahu y el exministro de Defensa, Yoav Gallant, por crímenes de guerra y lesa humanidad en Gaza. Las sanciones han sido dirigidas a dos jueces y dos fiscales adjuntos, lo que ha generado un rechazo por parte de la ONU y la CPI, así como de Francia.
La situación humanitaria en Gaza es crítica, con un número creciente de civiles atrapados en medio del conflicto. La evacuación de los habitantes hacia el sur plantea serias preocupaciones sobre su seguridad y bienestar. Las organizaciones humanitarias han expresado su alarma por la falta de acceso a ayuda y recursos básicos, mientras que los ataques aéreos continúan causando devastación en la infraestructura y en la vida cotidiana de los residentes.
### La Estrategia Militar de Israel y sus Implicaciones
La operación Carros de Geden II se ha diseñado como una estrategia militar a largo plazo, con el objetivo de desmantelar la capacidad operativa de Hamas en Gaza. Las Fuerzas de Defensa de Israel han recibido instrucciones de llevar a cabo ataques selectivos y precisos, lo que implica un enfoque más metódico en comparación con operaciones anteriores. Sin embargo, esta estrategia también conlleva riesgos significativos, tanto en términos de bajas civiles como en la posibilidad de un conflicto prolongado.
La decisión de Netanyahu de acelerar la invasión ha sido interpretada como un intento de consolidar su posición política interna, en un momento en que su Gobierno enfrenta críticas por su manejo de la situación en Gaza. La presión internacional y las demandas de un alto el fuego podrían complicar aún más sus planes, ya que cualquier escalada adicional podría resultar en un aislamiento diplomático y sanciones más severas.
A medida que la situación evoluciona, es crucial observar cómo responderán las fuerzas en el terreno y qué medidas se tomarán para abordar la crisis humanitaria que se desarrolla. La comunidad internacional sigue de cerca los acontecimientos, esperando que se logre una solución pacífica que evite un mayor sufrimiento para la población civil en Gaza.