La planificación de la red eléctrica en España está experimentando un cambio significativo en su enfoque, impulsado por la necesidad de adaptarse a un panorama energético en constante evolución. El Gobierno y Red Eléctrica están trabajando en una nueva estrategia que no solo busca reforzar las infraestructuras de transporte eléctrico, sino también integrar de manera efectiva las energías renovables en el sistema. Este cambio se hace evidente en la creciente demanda de consumo de grandes instalaciones industriales, como centros de datos y plantas de producción de hidrógeno verde, que están surgiendo en respuesta a la transición hacia una economía más sostenible.
### Nuevas Prioridades en la Planificación Energética
La planificación de la red eléctrica en España, que anteriormente se realizaba cada cinco años, ahora se llevará a cabo cada tres años. Esta modificación responde a la necesidad de adaptarse rápidamente a las nuevas demandas del mercado y a los desafíos que surgen en el sector energético. Hasta finales de junio, se registraron casi 80.000 megavatios (MW) de solicitudes para conexión, de los cuales aproximadamente 5.300 MW corresponden a Galicia. Este aumento en la demanda ha llevado a la implementación de cambios en la hoja de ruta vigente, que abarca desde 2021 hasta 2026.
Uno de los cambios más significativos fue la incorporación de 37 actuaciones en abril de 2024, destinadas a asegurar la integración de nuevas fuentes de energía renovable y proyectos industriales clave. Además, el Consejo de Ministros aprobó recientemente una segunda modificación que incluye 65 refuerzos adicionales para aumentar la resiliencia del sistema eléctrico. Esta serie de modificaciones es crucial para evitar situaciones críticas como el apagón ocurrido el 28 de abril, que afectó a varias regiones del país.
### Implementación de Compensadores Síncronos
Una de las innovaciones más destacadas en la nueva planificación es la instalación de compensadores síncronos, que son máquinas rotatorias que permiten un control dinámico de la tensión en la red eléctrica. Estos dispositivos son esenciales para mantener la estabilidad del sistema, especialmente en momentos de alta demanda o cuando hay un desequilibrio en la producción y el consumo de energía. En total, se prevé la instalación de 11 compensadores síncronos en diferentes puntos estratégicos de la Península, con uno de ellos ubicado en la subestación de Beariz, en Ourense, que es un punto crítico para la interconexión eléctrica con Portugal.
La inversión para el compensador en Beariz asciende a 70 millones de euros, con un presupuesto total de la modificación que alcanza los 750 millones de euros. Además de los compensadores, se incorporarán 10 nuevas reactancias y se renovarán 6 existentes, lo que contribuirá a mejorar la eficiencia del transporte eléctrico. Estos dispositivos son fundamentales para mitigar el problema del apagado de parques eólicos, que puede ocurrir en momentos de alta producción y baja demanda, lo que a su vez puede generar un sobrecoste en la factura eléctrica de los consumidores.
La implementación de estas medidas no solo busca mejorar la infraestructura eléctrica, sino también facilitar la transición hacia un modelo energético más sostenible. La integración de energías renovables es un objetivo clave en la estrategia del Gobierno, y la modernización de la red eléctrica es un paso esencial para lograrlo. La capacidad de adaptarse a las nuevas demandas del mercado y a los desafíos climáticos es fundamental para garantizar un suministro eléctrico seguro y eficiente en el futuro.
En resumen, la nueva planificación de la red eléctrica en España representa un cambio significativo en la forma en que se gestionan las infraestructuras energéticas. Con un enfoque en la sostenibilidad y la resiliencia, el Gobierno y Red Eléctrica están sentando las bases para un sistema eléctrico más robusto y capaz de enfrentar los retos del siglo XXI. La instalación de compensadores síncronos y la modernización de reactancias son solo algunas de las medidas que se están implementando para asegurar que la red eléctrica pueda soportar la creciente demanda de energía y facilitar la integración de fuentes renovables, contribuyendo así a la descarbonización de la economía española.