En el panorama económico español, Galicia se destaca como una de las comunidades con un tejido empresarial notablemente saludable. Según un reciente informe, las empresas gallegas presentan una ratio de deuda de solo el 16,2% de sus activos, una cifra que contrasta drásticamente con la media nacional del 34,9%. Este dato no solo resalta la solidez financiera de las compañías en la región, sino que también refleja una cultura empresarial que prioriza la sostenibilidad y la prudencia financiera.
La baja deuda de las empresas gallegas se convierte en un factor crucial para entender su capacidad de resistencia ante crisis económicas. A lo largo de los últimos años, Galicia ha enfrentado diversas crisis, desde la financiera de 2008 hasta los efectos de la pandemia y la guerra en Ucrania. Sin embargo, su estructura empresarial, compuesta en su mayoría por pequeñas y medianas empresas (pymes), ha permitido que la comunidad se mantenga menos expuesta a las tensiones del crédito bancario.
### Composición del Tejido Empresarial Gallego
La predominancia de pymes en Galicia es una de las claves que explican su baja ratio de endeudamiento. Las microempresas, que son aquellas con menos de diez empleados, presentan una ratio media de deuda del 22,6% en España, significativamente inferior al 39,3% de las grandes corporaciones. Esta estructura atomizada del tejido empresarial gallego contribuye a una menor exposición al endeudamiento, lo que a su vez se traduce en una mayor estabilidad financiera.
Entre las empresas más destacadas de la región se encuentra Inditex, que opera sin deuda financiera y cuenta con una sólida posición de liquidez superior a los 11.000 millones de euros. Esta capacidad de autofinanciamiento no solo le permite enfrentar crisis con mayor resiliencia, sino que también influye en el promedio autonómico de deuda, arrastrándolo hacia abajo. Junto a Inditex, otras empresas como Gadisa, Estrella Galicia, Finsa, Vegalsa y Jealsa forman un ecosistema empresarial en el que coexisten industrias de referencia mundial con un amplio número de pymes locales.
Este equilibrio entre grandes corporaciones y pequeñas empresas otorga a Galicia un perfil singular en el contexto nacional. Mientras que otras comunidades autónomas, como Asturias, Madrid o el País Vasco, presentan niveles de endeudamiento mucho más altos, Galicia se posiciona como un modelo a seguir en términos de sostenibilidad financiera. La comunidad asturiana, por ejemplo, tiene un ratio de endeudamiento del 42,5%, lo que multiplica por 2,6 veces el dato gallego.
### Cultura Financiera y Desapalancamiento
Más allá de los números, la cultura financiera de Galicia juega un papel fundamental en la configuración de su panorama empresarial. Históricamente, la región ha tenido un acceso limitado a financiación externa en comparación con comunidades como Madrid, Cataluña o el País Vasco. Esta realidad ha fomentado una tradición de cautela financiera, donde las empresas prefieren operar con estructuras menos endeudadas y con un mayor enfoque en la autofinanciación.
El desapalancamiento ha sido una tendencia constante en Galicia durante la última década. Desde 2015, España en su conjunto ha reducido su ratio de deuda/PIB en casi 26 puntos, pero Galicia ya partía de niveles más bajos y ha consolidado esa ventaja. Actualmente, mientras la media española se sitúa en el 34,9%, las empresas gallegas marcan una cifra que es la mitad de esa cantidad. Esta diferencia no solo es estadística, sino que tiene implicaciones significativas para la viabilidad y sostenibilidad de las empresas en la región.
Las diferencias regionales en términos de endeudamiento son notables. Comunidades como Madrid, País Vasco y Navarra, que albergan una fuerte presencia de grandes corporaciones industriales y financieras, tienden a operar con más deuda debido a su tamaño. En contraste, Galicia, con su mayor peso en sectores menos intensivos en capital, como la pesca, la agroindustria y la logística, se beneficia de ratios de deuda más bajas. Aunque el sector naval y el pesquero de gran escala son excepciones debido a su alta inversión, el predominio de pymes en la región compensa esta tendencia en el promedio autonómico.
La baja deuda de las empresas gallegas no solo les proporciona una mayor flexibilidad ante posibles subidas de tipos de interés, sino que también les permite afrontar crisis económicas sin comprometer su viabilidad. En un entorno donde la incertidumbre económica es cada vez más común, la capacidad de operar con menos deuda se convierte en una ventaja competitiva crucial para las empresas gallegas.