La industria pesquera española ha perdido a uno de sus referentes más significativos. Jesús Carlos García García, quien dedicó casi cinco décadas de su vida a Pescanova SA, falleció el pasado domingo a la edad de 86 años. Su trayectoria en la empresa fue marcada por su lealtad y compromiso, así como por su papel en momentos críticos de la historia de la compañía. García se unió a Pescanova en una época en la que la empresa aún estaba bajo la dirección de su fundador, José Fernández López, y se convirtió en un miembro clave del equipo directivo.
Durante su carrera, García ocupó el cargo de asesor del presidente, un puesto que le permitió influir en las decisiones estratégicas de la empresa. Sin embargo, su relación con la compañía se tornó complicada en 2013, cuando la empresa se vio envuelta en un escándalo financiero que culminó en su quiebra. En mayo de ese año, García presentó su dimisión, expresando en su carta que había perdido toda confianza en la gestión de la empresa. Este acto no solo marcó su salida, sino que también simbolizó la ruptura con un modelo de gestión que había defendido durante años.
La situación de Pescanova se volvió insostenible cuando se reveló que la compañía tenía un pasivo superior a 3.500 millones de euros. Este colapso financiero llevó a muchos directivos a distanciarse de la empresa, y García no fue la excepción. Junto a él, otros altos ejecutivos como Yago Méndez Pascual y Antonio Basagoiti también cortaron lazos con la dirección de Sousa, quien fue finalmente condenado a seis años de prisión por su papel en el escándalo.
A pesar de los problemas que enfrentó la empresa, la trayectoria de García en Pescanova fue notable. Su carrera se extendió desde los años 70 hasta 2013, un periodo en el que la compañía creció y se consolidó como un referente en la industria pesquera. Su experiencia y conocimiento del sector fueron fundamentales para guiar a la empresa en sus primeros años de expansión. García fue uno de los pocos miembros de la alta dirección que permaneció en la empresa durante tanto tiempo, lo que habla de su compromiso y dedicación.
El legado de Jesús García no solo se limita a su tiempo en Pescanova. Su vida estuvo marcada por un profundo sentido de responsabilidad y ética profesional. A pesar de los escándalos que rodearon a la empresa en sus últimos años, García siempre mantuvo una postura digna y respetuosa. Su decisión de dimitir fue un acto de integridad que resonó en el sector y que muchos consideran un ejemplo a seguir.
La comunidad empresarial y los colegas de García han expresado su pesar por su fallecimiento. Se celebrará un funeral en la iglesia parroquial de San Félix de Nigrán, donde amigos y familiares podrán rendir homenaje a su vida y legado. La incineración se llevará a cabo en un ambiente de intimidad familiar, reflejando el deseo de García de mantener su vida personal alejada del escrutinio público.
La historia de Jesús García es un recordatorio de los altibajos que pueden experimentar las empresas y sus líderes. Su dedicación a Pescanova y su valentía para enfrentar la verdad en momentos difíciles son cualidades que lo definen como un verdadero líder. A medida que la industria pesquera continúa evolucionando, su legado perdurará en la memoria de aquellos que lo conocieron y trabajaron a su lado. Su vida es un testimonio del compromiso y la lealtad que se requieren para navegar en el complejo mundo empresarial, especialmente en tiempos de crisis. La pérdida de García deja un vacío en la comunidad pesquera, pero su historia y contribuciones seguirán inspirando a futuras generaciones de líderes en el sector.