El mundo de la ciencia se encuentra de luto tras el fallecimiento de Chen Ning Yang, un destacado físico chino que dejó una huella indeleble en la física teórica del siglo XX. Yang, quien alcanzó la notable edad de 103 años, falleció en Pekín, según informaron fuentes oficiales. Su legado, junto al de su colega Tsung Dao Lee, se cimentó en su trabajo sobre la ley de conservación de la paridad, un principio fundamental que ha influido en el desarrollo de la física nuclear.
Nacido en 1922 en Hefei, una ciudad del este de China, Yang se vio obligado a abandonar su país natal durante la guerra contra Japón (1937-1945). Su carrera académica se desarrolló principalmente en Estados Unidos, donde se convirtió en profesor en la Universidad de Princeton. A pesar de su nacionalidad estadounidense, durante muchos años no se le consideró un Nobel chino, lo que cambió con el reconocimiento de Tu Youyou en 2015 como la primera mujer china en recibir un premio Nobel en una disciplina científica.
### Un Legado Científico Inigualable
El trabajo de Chen Ning Yang y Tsung Dao Lee sobre la paridad, que desafió las nociones existentes en la física de partículas, les valió el Premio Nobel en 1957. Este galardón no solo reconoció su investigación, sino que también abrió nuevas puertas en el estudio de las interacciones fundamentales en el universo. La ley de conservación de la paridad es un principio que establece que ciertas propiedades físicas deben ser invariantes bajo transformaciones específicas, un concepto que ha sido crucial en el desarrollo de teorías modernas en física.
A lo largo de su carrera, Yang se destacó no solo por su trabajo teórico, sino también por su capacidad para inspirar a nuevas generaciones de científicos. En 2003, regresó a China para enseñar en la Universidad de Tsinghua, donde fue aclamado como «el físico más influyente de nuestra era». Su regreso marcó un hito en las relaciones científicas entre China y Estados Unidos, especialmente después de la normalización de relaciones diplomáticas en 1971.
A pesar de su éxito en el extranjero, Yang nunca olvidó sus raíces. En 2015, renunció a su nacionalidad estadounidense, un acto simbólico que reflejó su deseo de contribuir al desarrollo científico de su país natal. Este gesto fue visto como una reafirmación de su identidad china en un momento en que el país estaba emergiendo como una potencia científica global.
### Un Hombre de Vida Plena
Más allá de su brillante carrera académica, Chen Ning Yang también fue conocido por su vida personal. En 2004, a la edad de 84 años, contrajo matrimonio con Weng Fan, una estudiante de 28 años. Este evento atrajo la atención de los medios y lo convirtió en una figura pública en China, donde su historia de amor fue vista como un símbolo de la longevidad y la vitalidad. Su primera esposa, Tu Chih-li, había fallecido en 2003, y su matrimonio con Weng Fan fue un nuevo capítulo en su vida.
Yang fue descrito por sus colegas como un hombre de gran integridad y humildad. A pesar de sus logros, siempre mantuvo una actitud accesible y generosa, dispuesto a compartir su conocimiento y experiencia con otros. Su legado no solo se mide en premios y reconocimientos, sino también en la influencia que tuvo en la vida de muchos estudiantes y científicos que lo admiraban.
La comunidad científica y el público en general recordarán a Chen Ning Yang no solo como un Nobel de Física, sino como un pionero que desafió las convenciones y abrió nuevas fronteras en la comprensión del universo. Su trabajo y su vida son un testimonio del poder de la curiosidad y la dedicación en la búsqueda del conocimiento. Su fallecimiento marca el fin de una era, pero su legado perdurará en las generaciones futuras de científicos que continúan explorando los misterios del cosmos.