La película ‘Maspalomas’, dirigida por Aitor Arregi y Jose Mari Goenaga, ha capturado la atención del Festival de San Sebastián al abordar temas de sexualidad y deseo en la tercera edad. Esta emotiva historia sigue a Vicente, un hombre de 76 años que busca redescubrir su sexualidad en un entorno que desafía los tabúes sociales. La película se presenta como una reflexión sobre la libertad y la identidad sexual, en un contexto donde la vejez a menudo es ignorada en el cine.
**Un Viaje a Maspalomas: Más que un Destino Turístico**
Maspalomas, un conocido destino turístico en Gran Canaria, se convierte en el escenario perfecto para la historia de Vicente. A través de los ojos de los directores, el lugar se transforma en un microcosmos donde la sexualidad se vive de manera abierta y sin prejuicios. Jose Mari Goenaga recuerda su primera visita a Maspalomas en 2016, donde se sintió atraído por la diversidad y la libertad que se respiraba en el ambiente. Para él, Maspalomas representa un espacio donde las personas pueden ser auténticas, un contraste marcado con la vida en una residencia de ancianos, donde los deseos y la sexualidad a menudo son reprimidos.
Aitor Arregi, por su parte, confiesa que su conocimiento sobre Maspalomas era limitado antes de embarcarse en este proyecto. Sin embargo, la propuesta de Goenaga lo llevó a descubrir un lugar lleno de historias y personajes fascinantes. La película no solo explora la vida de Vicente, sino que también plantea preguntas sobre la naturaleza del deseo y la libertad en la vejez. ¿Es Maspalomas un refugio donde uno puede liberarse de las ataduras sociales, o es un lugar que también puede convertirse en un armario gigantesco donde las personas se ocultan?
**Desafiando Tabúes: La Sexualidad en la Vejez**
Uno de los aspectos más destacados de ‘Maspalomas’ es su valentía para abordar la sexualidad de las personas mayores, un tema que ha sido tradicionalmente considerado un tabú en el cine. Aitor Arregi y Jose Mari Goenaga han trabajado para presentar una narrativa que no solo sea honesta, sino que también desafíe las percepciones comunes sobre el deseo en la tercera edad. La película se centra en el conflicto interno de Vicente con su identidad sexual, mostrando cómo su deseo se ve afectado por su entorno y su historia personal.
El proceso de creación de la película no estuvo exento de desafíos, especialmente al tratar temas delicados como el sexo en la vejez. Los directores se dieron cuenta de que era crucial mostrar estas escenas de manera auténtica, ya que son fundamentales para entender el conflicto del protagonista. La inclusión de coordinadoras de intimidad fue un paso innovador en la producción, asegurando que todos los actores se sintieran cómodos y seguros durante el rodaje de las escenas más sensibles.
José Ramón Soroiz, quien interpreta a Vicente, tuvo que enfrentarse a sus propios miedos y dudas sobre el papel. A pesar de su experiencia, la idea de realizar escenas de sexo y desnudez a su edad le generó ansiedad. Sin embargo, el apoyo de los directores y el equipo de producción, así como el enfoque profesional de las coordinadoras de intimidad, ayudaron a crear un ambiente de confianza y respeto.
La película no solo busca entretener, sino también abrir un diálogo sobre la sexualidad en la vejez, un tema que a menudo se pasa por alto en la sociedad. A través de la historia de Vicente, ‘Maspalomas’ invita a la audiencia a reflexionar sobre sus propias percepciones y prejuicios, desafiando la idea de que el deseo y la sexualidad son exclusivos de la juventud.
La elección de firmar como Moriarti, el nombre de su productora, también refleja un deseo de consolidar su identidad como cineastas. Aitor y Jose Mari han trabajado juntos en varios proyectos, y esta película representa una evolución en su carrera, donde buscan ser reconocidos no solo por su trabajo individual, sino como un colectivo que aborda temas relevantes y provocativos.
‘Maspalomas’ se presenta como una obra que no solo entretiene, sino que también educa y provoca reflexión. A medida que avanza el festival, la película se posiciona como una de las favoritas para la Concha de Oro, destacando la importancia de contar historias que desafían las normas y celebran la diversidad en todas sus formas.