El recorrido judicial de la Fundación Barrié en su lucha contra la liquidación del Banco Popular ha llegado a su fin. Recientemente, el Tribunal General de la Unión Europea decidió archivar la demanda presentada por esta entidad coruñesa, que buscaba anular las decisiones de las instituciones comunitarias que llevaron a la resolución exprés del banco en junio de 2017. Este fallo, adoptado el 2 de julio y publicado en el Diario Oficial de la Unión Europea, pone fin a un proceso que se ha prolongado durante ocho años, sin que el tribunal se pronuncie sobre la posible responsabilidad de la Comisión Europea o de la Junta Única de Resolución (JUR) en la caída del Popular.
La Fundación Barrié había interpuesto este recurso en agosto de 2017, poco después de que el Banco Santander adquiriese el Popular por un euro simbólico tras la intervención de las autoridades europeas. En su reclamación, la fundación solicitaba la revocación de la decisión de la JUR del 7 de junio de 2017, que declaró inviable al banco, así como la validación de la actuación de la Comisión Europea que respaldó el mecanismo de resolución. Esta intervención resultó en la pérdida total del capital del banco, afectando a cientos de miles de accionistas, entre ellos la propia Fundación Barrié.
### La Historia de la Fundación Barrié y el Banco Popular
La Fundación Barrié ha sido uno de los accionistas históricos del Banco Popular, llegando a controlar más del 8% de su capital. En el momento de la intervención, bajo la presidencia de José María Arias, la fundación mantenía un 1,48% de las acciones, valoradas en aproximadamente 18 millones de euros. Arias, quien también ocupaba un asiento en el consejo de administración del banco, fue una figura clave en la historia de la entidad. La resolución del banco no solo supuso un golpe económico para la fundación, sino que también marcó un punto de inflexión en su trayectoria.
No es la primera vez que la Fundación Barrié ha visto frustrados sus intentos de recuperar parte de lo perdido. En julio de este año, el Tribunal General de la UE ya había archivado otra reclamación presentada por la fundación en 2022, en la que exigía 47,5 millones de euros en concepto de indemnización por la liquidación del Banco Popular. En esta ocasión, la fundación acusaba a la Comisión Europea, al Banco Central Europeo y a la JUR de actuar de manera «ilícita y negligente», lo que, según su perspectiva, había precipitado la caída del banco.
La reclamación se basaba en tres ejes principales: el supuesto comportamiento irresponsable de la JUR, que habría contribuido al pánico financiero mediante filtraciones y declaraciones; la negligencia en la aplicación del procedimiento de resolución, que no habría protegido adecuadamente a los accionistas; y la falta de previsión y supervisión por parte del Banco Central Europeo para evitar el colapso del banco. Sin embargo, el tribunal desestimó estos argumentos y dio por finalizado el procedimiento.
### Rechazo de Demandas y Validación de la Resolución
El archivo de la demanda de la Fundación Barrié se suma a una larga lista de reclamaciones similares que han sido rechazadas por la justicia europea en los últimos años. Más de medio centenar de demandas de accionistas y bonistas del Banco Popular han sido desestimadas, lo que refleja un patrón en la respuesta judicial ante las reclamaciones relacionadas con la liquidación del banco. En 2022, el Tribunal General ya había avalado la legalidad de la resolución, y en octubre de 2024, el Tribunal de Justicia de la UE confirmó que no existía derecho a indemnización alguna, concluyendo que la intervención del banco se ajustó a la normativa comunitaria.
La situación de la Fundación Barrié es un claro ejemplo de los desafíos que enfrentan los accionistas en situaciones de crisis bancaria. La falta de éxito en sus reclamaciones pone de manifiesto la complejidad del marco regulatorio europeo en materia de resolución de entidades financieras y la limitada capacidad de los accionistas para revertir decisiones tomadas por las instituciones comunitarias. A medida que el caso del Banco Popular se cierra, la Fundación Barrié y otros accionistas afectados deberán considerar sus opciones futuras en un entorno financiero que continúa evolucionando.