El consumo de alcohol es una práctica común en muchas culturas, pero un reciente estudio ha revelado que los grandes bebedores, definidos como aquellos que consumen ocho o más bebidas alcohólicas por semana, enfrentan un riesgo significativamente mayor de sufrir lesiones cerebrales y morir prematuramente. Este hallazgo proviene de una investigación realizada por un equipo de la Universidad de Sao Paulo, Brasil, cuyos resultados fueron publicados en la revista Neurology. La investigación destaca la relación entre el consumo excesivo de alcohol y el deterioro cognitivo, así como el riesgo de muerte prematura.
### Efectos del Alcohol en el Cerebro
El estudio identificó un tipo específico de daño cerebral conocido como arteriosclerosis hialina, que se asocia con problemas de memoria y razonamiento. Esta condición se produce cuando los pequeños vasos sanguíneos que irrigan el cerebro se estrechan y se vuelven rígidos, dificultando el flujo sanguíneo. Con el tiempo, las áreas del cerebro que experimentan estos estrechamientos sufren daños significativos. Alberto Fernando Oliveira Justo, uno de los autores del estudio, enfatiza que aunque la investigación no prueba que el consumo excesivo de alcohol cause directamente estas lesiones, sí establece una clara asociación entre ambos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que el consumo de alcohol está relacionado con más de 200 enfermedades, y se estima que alrededor de 400 millones de personas en el mundo padecen trastornos relacionados con su consumo. De estos, 209 millones son considerados dependientes. El consumo excesivo de alcohol se ha convertido en un problema de salud pública global, vinculado a un aumento en la mortalidad y otros problemas de salud.
En España, el consumo de alcohol es alarmantemente alto, siendo el segundo país de la Unión Europea con mayores tasas de consumo. Según la Encuesta Europea de Salud en España 2020, un 74,6% de los hombres y un 56,8% de las mujeres de 15 años o más han consumido alcohol en el último año. El grupo de edad con mayor consumo es el de 25 a 34 años, donde el 80,6% de los hombres y el 64,7% de las mujeres reportan haber bebido.
### Resultados del Estudio
La investigación incluyó a 1.781 personas con una edad media de 75 años al momento de su muerte, quienes fueron sometidos a autopsias cerebrales. Los investigadores examinaron el tejido cerebral en busca de signos de daño, como ovillos tau y arteriosclerosis hialina. Además, se midieron el peso del cerebro y la altura de cada participante. Los sujetos fueron clasificados en cuatro grupos: aquellos que nunca habían bebido, los que consumían de manera moderada (siete o menos copas a la semana), los bebedores empedernidos (ocho o más copas a la semana) y los ex consumidores.
Los resultados fueron impactantes. Tras ajustar por factores que podrían influir en la salud cerebral, como la edad, el tabaquismo y la actividad física, se encontró que los bebedores empedernidos tenían un 133% más de probabilidades de sufrir lesiones cerebrales vasculares en comparación con los que nunca habían bebido. Los ex consumidores presentaban un 89% más de riesgo, mientras que los bebedores moderados tenían un 60% más de probabilidades de sufrir daños cerebrales en comparación con los abstemios.
Además, el estudio reveló una correlación entre el consumo elevado de alcohol y marcadores de neurodegeneración. Los bebedores empedernidos y los ex consumidores mostraron un 41% y un 31% más de probabilidades, respectivamente, de desarrollar ovillos de tau, un biomarcador asociado con la enfermedad de Alzheimer. Estos hallazgos subrayan la relación directa entre el consumo excesivo de alcohol y los signos de daño cerebral, lo que puede tener efectos a largo plazo en la memoria y la capacidad de razonamiento.
Oliveira Justo concluye que es esencial comprender estos efectos para fomentar la concienciación sobre la salud pública y para implementar medidas preventivas que reduzcan el consumo excesivo de alcohol. El estudio no solo resalta los riesgos asociados con el consumo excesivo de alcohol, sino que también pone de manifiesto la necesidad de abordar este problema de salud pública de manera efectiva.