El cambio climático se ha convertido en una de las mayores amenazas para la salud pública a nivel global. Un reciente informe de The Lancet Countdown revela que las altas temperaturas y los fenómenos meteorológicos extremos están causando un aumento alarmante en las muertes relacionadas con el calor. En España, se estima que cerca de 6.000 muertes anuales son atribuibles a este fenómeno, lo que representa un incremento significativo en comparación con décadas anteriores. Este artículo explora las implicaciones del cambio climático en la salud y las medidas necesarias para mitigar sus efectos.
**Aumento de Muertes por Calor y Contaminación**
El informe destaca que, a nivel mundial, las muertes relacionadas con el calor han aumentado un 63% desde la década de 1990, alcanzando aproximadamente 546.000 fallecimientos anuales. En España, el impacto es igualmente preocupante, con unas 5.800 muertes anuales atribuibles al calor, cifra que supera en más del doble la media registrada entre 1990 y 1999. Este aumento se debe en gran parte a las condiciones climáticas extremas que han afectado al país en los últimos años. Entre 2020 y 2024, el 61% del territorio español experimentó al menos un mes de sequía extrema, un dato que contrasta drásticamente con el promedio de sequías de la década de 1950.
La contaminación del aire, exacerbada por la quema de combustibles fósiles, también juega un papel crucial en la crisis de salud pública. Se estima que alrededor de 22.000 muertes anuales en España están relacionadas con la contaminación atmosférica. A nivel global, la contaminación del aire es responsable de aproximadamente 2,5 millones de muertes anuales. La quema de combustibles fósiles contribuye a este problema, representando el 44% de las muertes atribuibles a la contaminación en 2022. Además, los incendios forestales, impulsados por el cambio climático, han incrementado la contaminación por partículas finas, lo que ha llevado a un aumento de muertes relacionadas con estas condiciones.
**Medidas para Mitigar el Impacto en la Salud**
Frente a este panorama desolador, los expertos sugieren una serie de medidas que podrían ayudar a mitigar el impacto del cambio climático en la salud. Joan Ballester, investigador del centro ISGlobal, propone la implementación de sistemas de alerta temprana más eficaces que incluyan alertas personalizadas, adaptadas a las necesidades de diferentes segmentos de la población. Esto podría ser crucial para proteger a los grupos más vulnerables, como los ancianos y aquellos con enfermedades preexistentes.
Además, se requiere una mejor coordinación entre diversos actores, incluyendo meteorólogos, epidemiólogos, gestores de salud pública y servicios de emergencia. La creación de espacios verdes en las ciudades, la modificación de la jornada laboral durante las olas de calor, y la promoción de energías renovables son otras intervenciones que podrían contribuir a reducir el impacto del calor en la salud pública.
Ballester también advierte que revertir el calentamiento global ya observado es una tarea casi imposible. Por lo tanto, es fundamental limitar el calentamiento futuro mediante acciones concretas y efectivas. La dependencia de los combustibles fósiles no solo compromete la salud pública, sino que también pone en riesgo la infraestructura de salud y la capacidad de respuesta ante desastres.
El informe también señala que, a pesar de las crecientes amenazas, la acción contra el cambio climático sigue siendo insuficiente. Las emisiones contaminantes alcanzaron un pico en 2023, y la industria de los combustibles fósiles continúa expandiendo sus planes de producción. Esto es alarmante, ya que la banca privada está financiando esta expansión, lo que agrava aún más la crisis climática.
A pesar de estos desafíos, el informe destaca algunos avances positivos. La reducción del uso de carbón en países desarrollados ha permitido evitar unas 160.000 muertes prematuras anualmente entre 2010 y 2022. Sin embargo, es crucial que se mantenga este impulso y que se implementen medidas aceleradas para abordar la crisis climática de manera efectiva.
La salud de millones de personas depende de la acción colectiva y de la voluntad política para enfrentar el cambio climático. La transición hacia un futuro más saludable y sostenible requiere la participación activa de todos los sectores de la sociedad. Desde los gobiernos locales hasta la sociedad civil, cada uno tiene un papel que desempeñar en la lucha contra el cambio climático y sus efectos devastadores sobre la salud pública.
