La inmigración ha sido un tema recurrente en el debate social y económico de España, y Galicia no es la excepción. En los últimos años, la región ha visto un aumento significativo en la llegada de migrantes, lo que ha tenido un impacto notable en el mercado laboral. Según datos recientes, el 84% de los 1,8 millones de nuevos residentes en España desde 2022 son extranjeros. Este fenómeno ha sido especialmente pronunciado en comunidades como Galicia, donde la población autóctona ha disminuido, pero la inmigración ha sostenido el crecimiento económico y la creación de empleo.
**Crecimiento de la Población y la Economía**
La llegada de migrantes ha sido crucial para contrarrestar el declive demográfico en Galicia. A diferencia de la situación previa a la crisis económica de 2008, donde la región no era un destino atractivo para los inmigrantes, en la actualidad, Galicia se ha convertido en un polo de atracción. En el último año, las afiliaciones de extranjeros a la Seguridad Social en Galicia han aumentado un 14,2%, alcanzando un total de 74.486 en junio, lo que representa un récord histórico.
Este crecimiento en la población migrante ha sido fundamental para el mercado laboral gallego, donde los migrantes ocupan más de la mitad de los 17.780 empleos creados en el último año. La economía gallega, que ha enfrentado desafíos significativos debido a la disminución de la población autóctona, ha encontrado en la inmigración una tabla de salvación. Los sectores más beneficiados por esta dinámica son aquellos que han experimentado dificultades para encontrar mano de obra, como la construcción, la hostelería y el comercio.
Los datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones indican que dos de cada diez trabajadores extranjeros en Galicia se encuentran en el sector de la hostelería, seguido por el comercio y la construcción. En el sector de la construcción, por ejemplo, se ha registrado un aumento del 21,3% en el número de migrantes empleados, lo que refleja la creciente dependencia de la economía gallega de la mano de obra extranjera.
**Desigualdades Salariales y Condiciones Laborales**
A pesar de su contribución al crecimiento económico, los migrantes en Galicia enfrentan importantes desafíos, especialmente en términos de salarios y condiciones laborales. Los datos indican que los trabajadores extranjeros ganan, en promedio, un 30% menos que sus contrapartes autóctonas. La base de cotización media en el régimen general se sitúa en 2.080 euros al mes, con una brecha significativa entre los empleados de nacionalidad española (2.114,7 euros) y los foráneos (1.507,6 euros).
Esta disparidad salarial se refleja también en la declaración del IRPF, donde los contribuyentes españoles reportan rendimientos del trabajo significativamente más altos que los extranjeros. En 2023, los españoles notificaron un promedio de 22.195 euros, mientras que los extranjeros reportaron solo 14.721 euros. Esta situación plantea serias interrogantes sobre la equidad en el mercado laboral y la necesidad de políticas que garanticen condiciones de trabajo justas para todos.
El Servicio Público de Empleo Estatal (Sepe) ha registrado un total de 94.002 contratos firmados por trabajadores extranjeros en Galicia en 2024, de los cuales el 56,6% eran temporales. Esta alta proporción de contratos temporales es un indicador de la precariedad laboral que enfrentan muchos migrantes, quienes a menudo se ven obligados a aceptar trabajos con condiciones menos favorables debido a su estatus migratorio.
Además, el Defensor del Pueblo ha solicitado información al Ministerio de Trabajo sobre las inspecciones realizadas para proteger a los trabajadores de las temperaturas extremas, un tema que ha cobrado relevancia en el contexto del cambio climático y el aumento de las olas de calor. La protección de los derechos laborales de los migrantes es un aspecto crucial que debe ser abordado para asegurar un entorno de trabajo seguro y justo.
En resumen, la inmigración ha jugado un papel vital en el sostenimiento del empleo en Galicia, especialmente en sectores críticos como la construcción y la hostelería. Sin embargo, las desigualdades salariales y las condiciones laborales precarias siguen siendo desafíos significativos que requieren atención urgente. La situación actual plantea la necesidad de un enfoque más inclusivo y equitativo que garantice que todos los trabajadores, independientemente de su origen, tengan acceso a salarios justos y condiciones laborales dignas.