La reciente reunión del Consejo de Asuntos Generales de la Unión Europea ha puesto de manifiesto el creciente descontento entre los socios europeos respecto a la insistente demanda del Gobierno español, liderado por Pedro Sánchez, para que el catalán sea reconocido como lengua oficial en la UE. Este intento, que ya ha sido rechazado en múltiples ocasiones, se ha convertido en un tema de tensión diplomática, especialmente con Alemania, que ha liderado la oposición a esta solicitud.
La solicitud de Sánchez se remonta a un compromiso asumido con Carles Puigdemont en agosto de 2023, donde se prometió la oficialidad del catalán a cambio de apoyo político. Sin embargo, cada vez que el presidente del Gobierno busca consolidar su apoyo interno, reaviva esta petición, a pesar de la falta de unanimidad necesaria para su aprobación. En la última reunión, celebrada el viernes en Bruselas, se evidenció que la situación no ha cambiado, y el rechazo se ha vuelto más contundente.
### La Resistencia de Alemania y Otros Estados Miembros
Alemania ha sido un actor clave en el rechazo a la oficialidad del catalán, argumentando que la propuesta requeriría una reforma de los Tratados de la UE, algo que se considera inviable en el actual contexto político europeo. Durante la reunión, el secretario de Estado para la UE, Fernando Sampedro, intentó presentar un informe alternativo que contradice la postura alemana, pero su esfuerzo no logró cambiar la dinámica del debate.
El enfrentamiento entre Sampedro y su homólogo alemán, Gunther Krichbaum, fue notable, con Sampedro adoptando un tono más agresivo en su defensa de la propuesta. Sin embargo, la respuesta de Alemania fue clara: la legalidad de la propuesta sigue siendo un obstáculo insalvable. Otros países, como Francia, Suecia y Finlandia, también expresaron su oposición, lo que indica que el rechazo a la oficialidad del catalán no es un asunto aislado, sino un consenso entre varios Estados miembros.
La ministra danesa de Asuntos Europeos, Marie Bjerre, quien presidió la reunión, concluyó que la propuesta española necesita más trabajo y no fijó un calendario para futuros debates. Esta falta de avance ha llevado a muchos a cuestionar la viabilidad de la iniciativa de Sánchez, que parece estar atrapada en un ciclo de intentos fallidos.
### La Perspectiva del Gobierno Español
A pesar de los reveses, el Gobierno español mantiene una postura optimista, afirmando que cada intento es un paso más hacia el reconocimiento de las lenguas oficiales españolas en la UE. Fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores han declarado que «el día D no es hoy, pero está más cerca», sugiriendo que la lucha por la oficialidad del catalán es un camino irrenunciable.
Sin embargo, esta visión optimista contrasta con la realidad del rechazo generalizado. La ministra sueca, Jessica Rosencrantz, ha señalado que el debate ha sido muy similar al de hace dos meses, sin avances significativos. La falta de apoyo y la resistencia de varios Estados miembros sugieren que el camino hacia la oficialidad del catalán es más complicado de lo que el Gobierno español está dispuesto a admitir.
La situación se complica aún más por el contexto político actual en Europa, donde la atención está centrada en otros temas críticos, como las sanciones a Rusia y la crisis en Gaza. En este sentido, el ministro de Exteriores de Luxemburgo, Xavier Bettel, ha indicado que este no es el momento adecuado para plantear el reconocimiento del catalán, lo que refleja la falta de urgencia y prioridad que otros países otorgan a esta cuestión.
En resumen, el intento de Sánchez de hacer oficial el catalán en la UE se enfrenta a un panorama adverso, con una oposición sólida y argumentos legales que dificultan su avance. A medida que el Gobierno español continúa buscando apoyo, la realidad es que la oficialidad del catalán podría quedar relegada a un segundo plano, a la espera de un contexto más favorable.