La crisis económica que afectó a Grecia ha dejado una huella profunda en su parque automovilístico, convirti al país en el que más años tienen los vehículos en toda la Unión Europea. Según un informe reciente de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles, la antigüedad media de los coches griegos se sitúa en 17,5 años, muy por encima de la media de 12,5 años de los Veintisiete. Este dato no solo refleja la situación económica del país, sino que también pone de manifiesto las dificultades que enfrenta la población para renovar su flota de vehículos. La crisis de la deuda soberana, que golpeó a Grecia entre 2009 y 2018, ha llevado a muchos ciudadanos a mantener sus vehículos durante más tiempo del deseado.
La situación en Galicia es similar, aunque no tan extrema. Con una antigüedad media de 16,3 años, la flota gallega se encuentra en la segunda posición más alta de España, solo superada por Castilla y León. Este envejecimiento del parque automovilístico en Galicia plantea serios retos para la movilidad sostenible en la región. En comparación, comunidades como Madrid y Cataluña presentan flotas mucho más jóvenes, con antigüedades medias de 11,5 y 14,1 años, respectivamente. Esta diferencia sugiere que la renovación del parque automovilístico es un tema urgente que debe abordarse para mejorar la calidad del aire y fomentar el uso de vehículos más limpios.
### La transición hacia vehículos eléctricos en Galicia
A pesar del creciente interés por los vehículos eléctricos, la realidad es que su adopción en Galicia es aún muy limitada. En 2024, el número de modelos cero emisiones creció un 45%, pero todavía representan solo el 0,8% del total de vehículos en la comunidad. Esto equivale a 12.548 coches eléctricos en una población de casi 2,7 millones de habitantes, lo que significa que solo uno de cada 215 gallegos tiene acceso a un coche eléctrico. La situación es algo mejor para los vehículos con la Etiqueta Eco, que han aumentado un 32% en el último año, pero aún así solo constituyen el 3,4% de la flota total.
La escasa infraestructura de recarga es uno de los principales obstáculos para la adopción de vehículos eléctricos en Galicia. Según el Barómetro de la Electromovilidad, la región ha perdido cargadores por primera vez en cinco años, cayendo a 1.903 electrolineras operativas. Además, casi dos tercios de estas estaciones son de carga lenta, lo que significa que los usuarios deben esperar entre tres y 19 horas para cargar sus vehículos. La falta de estaciones de recarga rápidas y accesibles limita la viabilidad de los coches eléctricos, lo que a su vez afecta la decisión de los consumidores de optar por modelos más sostenibles.
Para que la transición hacia la electrificación del transporte sea efectiva, es crucial mejorar la calidad y cantidad de las estaciones de recarga disponibles. La patronal española de la automoción ha señalado que es necesario aumentar la capilaridad de la red de recarga para facilitar el acceso a estos puntos. Sin una infraestructura adecuada, la adopción de vehículos eléctricos seguirá siendo un desafío, y el envejecimiento del parque automovilístico continuará siendo un problema significativo.
### Comparativa con otras regiones de Europa
La antigüedad del parque automovilístico en Grecia y Galicia contrasta fuertemente con la situación en otros países europeos. Por ejemplo, Luxemburgo, Austria, Dinamarca y Bélgica tienen antigüedades medias de vehículos que oscilan entre 8 y 9,9 años. Esta diferencia resalta la necesidad de políticas efectivas que fomenten la renovación de vehículos y la adopción de tecnologías más limpias. En muchos de estos países, los incentivos fiscales y las subvenciones para la compra de vehículos eléctricos han sido clave para acelerar la transición hacia un transporte más sostenible.
La experiencia de otros países europeos podría servir como modelo para Galicia y Grecia. Implementar políticas que faciliten la compra de vehículos eléctricos, así como mejorar la infraestructura de recarga, podría ser un paso importante hacia la modernización del parque automovilístico. Además, la educación y concienciación sobre los beneficios de los vehículos eléctricos son fundamentales para cambiar la percepción pública y fomentar su adopción.
En resumen, tanto Grecia como Galicia enfrentan un desafío significativo en términos de la antigüedad de sus flotas de vehículos. La transición hacia un parque automovilístico más moderno y sostenible es esencial para mejorar la calidad del aire y contribuir a la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, esto requerirá un esfuerzo conjunto de las autoridades, la industria y los ciudadanos para superar las barreras actuales y avanzar hacia un futuro más limpio y eficiente.