La situación de los menores migrantes en España ha generado un intenso debate político y social. Recientemente, el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, ha planteado interrogantes sobre la desigualdad en la acogida de menores, especialmente en comparación con los que llegan de Ucrania. Esta reflexión surge en un contexto donde varias comunidades autónomas, lideradas por el Partido Popular (PP), han mostrado resistencia a acoger a menores provenientes de Canarias. Torres cuestiona por qué los menores ucranianos fueron recibidos con entusiasmo y recursos, mientras que los menores africanos enfrentan obstáculos legales y políticos.
La respuesta del Gobierno a esta situación ha sido firme. Torres ha afirmado que, ante la negativa de algunas comunidades a cumplir con la normativa de acogida, se recurrirá a la ley y, si es necesario, a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Este enfoque busca garantizar que todos los menores, independientemente de su origen, reciban la protección y el apoyo que necesitan. El ministro ha enfatizado que los menores africanos son tan vulnerables y merecedores de atención como aquellos que llegan de Europa, subrayando la necesidad de una respuesta humanitaria equitativa.
### La Resistencia de las Comunidades Autónomas
La resistencia de algunas comunidades autónomas a acoger a menores migrantes ha sido un tema candente en la política española. Dirigentes del PP han cuestionado el reparto de menores impuesto por el Gobierno, argumentando que no se ha realizado de manera justa. Sin embargo, el Gobierno ha defendido su postura, afirmando que el mecanismo de acogida está regulado y que se basa en datos oficiales proporcionados por las comunidades autónomas. Torres ha señalado que ninguna comunidad se queda fuera del proceso de acogida, lo que implica que todos deben asumir su parte de responsabilidad en la protección de los menores.
El ministro ha calificado de «sin sentido» que algunas comunidades, especialmente aquellas gobernadas por el PP, se opongan a la aplicación de esta norma. En contraste, ha destacado que regiones como Baleares han mostrado disposición a acoger a los menores, solicitando incluso la «contingencia migratoria» para facilitar el proceso. Esta disparidad en las respuestas de las comunidades refleja no solo diferencias políticas, sino también percepciones sociales sobre la migración y la acogida de personas en situación de vulnerabilidad.
### La Solidaridad Obligatoria y su Contexto
La noción de «solidaridad obligatoria» ha sido un punto central en el discurso del Gobierno. Torres ha explicado que esta medida se implementó tras la llegada de Pedro Sánchez al poder en 2018, como respuesta a la creciente crisis migratoria y a la presión ejercida por comunidades como Andalucía. La idea es que, aunque la solidaridad debería ser un acto voluntario, la realidad ha demostrado que muchas comunidades no han cumplido con su deber de acoger a los menores, lo que ha llevado a la necesidad de establecer un marco legal que garantice su protección.
Este enfoque legislativo busca asegurar que todos los menores migrantes reciban la atención necesaria, independientemente de su origen. Torres ha reiterado que la ley debe cumplirse y que, en caso de que una comunidad no asuma su responsabilidad, la Fiscalía de Menores intervendrá para garantizar que se respeten los derechos de los menores. Esta intervención legal es un paso significativo hacia la creación de un sistema más justo y equitativo para la acogida de menores migrantes en España.
La situación actual pone de relieve la complejidad de la migración y la necesidad de un enfoque más humano y solidario. La resistencia de algunas comunidades a acoger a menores africanos plantea preguntas sobre la percepción social de la migración y la forma en que se gestionan las crisis humanitarias. En este contexto, el Gobierno se enfrenta al desafío de equilibrar la legalidad con la necesidad de una respuesta humanitaria efectiva.
El debate sobre la acogida de menores migrantes en España no solo es un tema político, sino que también refleja las tensiones sociales y culturales en torno a la migración. La forma en que se aborde esta cuestión tendrá un impacto significativo en la vida de miles de menores que buscan seguridad y un futuro mejor. La respuesta del Gobierno y la actitud de las comunidades autónomas serán cruciales para determinar si España puede ofrecer un refugio seguro y acogedor para todos los menores, independientemente de su origen.