La cuestión del reconocimiento de lenguas cooficiales en la Unión Europea ha cobrado una relevancia significativa en los últimos meses, especialmente tras la solicitud del Gobierno español para que el catalán, el gallego y el euskera sean considerados idiomas oficiales de la UE. Un informe confidencial del Parlamento Europeo ha puesto de manifiesto las complejidades y las posibles consecuencias de esta iniciativa, que podría abrir la puerta a un aumento considerable en el número de lenguas oficiales en la Eurocámara.
### La Diversidad Lingüística en la UE
El informe elaborado por el Servicio de Investigación del Parlamento Europeo (EPRS) advierte que, si se acepta la oficialización de las lenguas mencionadas, se podría desencadenar una avalancha de solicitudes similares de otros idiomas. Actualmente, la UE cuenta con 24 lenguas oficiales, pero el documento sugiere que, con el reconocimiento de las lenguas cooficiales españolas, el número podría elevarse a 75. Esto se debe a que existen más de 50 idiomas que tienen algún tipo de reconocimiento en los Estados miembros y que podrían solicitar un estatus similar.
Entre los idiomas que podrían verse beneficiados se encuentran el luxemburgués, el turco, el samí, el feroés y el groenlandés, así como otros que, aunque no son oficiales, tienen un uso autorizado en ciertas circunstancias. El informe destaca que la diversidad lingüística es un valor fundamental en la UE, pero también plantea serias preocupaciones sobre la viabilidad de gestionar un número tan elevado de lenguas oficiales.
El EPRS señala que la situación es aún más compleja debido a que no todos los países regulan sus lenguas oficiales en sus constituciones. Algunos lo hacen a través de leyes ordinarias o estatutos regionales, lo que complica la definición de qué lenguas podrían acceder al estatus oficial europeo. Esto es especialmente relevante en el caso del turco, que, aunque es oficial en Chipre, no ha sido solicitado por el gobierno chipriota para su reconocimiento en la UE, debido a la delicada situación política en la isla.
### Retos y Oportunidades de la Iniciativa Española
La propuesta del Gobierno español ha encontrado resistencia en varios Estados miembros, incluidos Alemania, Francia e Italia, que han expresado su oposición a la iniciativa. Estos países temen que la aceptación de lenguas cooficiales como el catalán pueda sentar un precedente que lleve a un aumento incontrolado de solicitudes de reconocimiento de otros idiomas, lo que podría complicar aún más el funcionamiento de las instituciones europeas.
El informe del EPRS también menciona que el caso del ruso es particularmente problemático. Aunque es idioma oficial en algunas regiones de Estonia y Letonia, su reconocimiento en la UE es poco probable, especialmente en el contexto geopolítico actual, donde el ruso se asocia con la invasión de Ucrania. Esta situación resalta la dificultad de establecer un marco claro y justo para la oficialidad de las lenguas en la UE.
A pesar de las reticencias, el Gobierno español continúa defendiendo su propuesta, argumentando que cuenta con el apoyo de 20 países. Sin embargo, las evidencias recabadas sugieren que este apoyo no es tan sólido como se afirma. La falta de consenso y la diversidad de opiniones entre los Estados miembros complican la posibilidad de avanzar en este asunto.
El Grupo de Lenguas de la Eurocámara, encargado de deliberar sobre este tema, ha trabajado en silencio y sin filtraciones, lo que ha generado incertidumbre sobre el futuro de la iniciativa. Aunque el informe no contiene conclusiones definitivas, sí plantea la necesidad de un debate más amplio sobre la diversidad lingüística y su gestión en el contexto europeo.
La situación actual refleja un delicado equilibrio entre la promoción de la diversidad cultural y lingüística y la necesidad de mantener un funcionamiento eficiente de las instituciones europeas. A medida que avanza la discusión sobre el reconocimiento de lenguas cooficiales, se hace evidente que este tema no solo tiene implicaciones lingüísticas, sino que también está intrínsecamente ligado a cuestiones políticas y sociales más amplias dentro de la UE.
La falta de una fecha clara para la presentación de recomendaciones por parte del Grupo de Lenguas indica que este debate está lejos de resolverse. Mientras tanto, el Gobierno español sigue comprometido en cumplir su acuerdo con los partidos independentistas, lo que añade una capa adicional de complejidad a la situación. La gestión de la diversidad lingüística en la UE es un tema que seguirá generando debate y que requerirá un enfoque cuidadoso y considerado para evitar desencadenar una espiral de solicitudes que podría resultar insostenible.