El 28 de abril de 2025 se convirtió en una fecha histórica para España y Portugal, marcada por un apagón masivo que dejó a millones de personas sin electricidad, comunicaciones y transporte. Este evento, que se desarrolló en cuestión de segundos, reveló las vulnerabilidades del sistema eléctrico peninsular y planteó serias preguntas sobre la resiliencia de la infraestructura energética de la región. A continuación, se presenta un análisis detallado de los eventos que llevaron a este colapso y sus consecuencias.
### Cronología del Apagón
El apagón comenzó a gestarse a las 12:03, cuando se registraron oscilaciones en el sistema eléctrico. A pesar de que la demanda eléctrica se mantenía en niveles normales, con más de 25.000 megavatios (MW) programados, la situación se tornó crítica en cuestión de minutos. A las 12:32, se detectaron desconexiones de producción que sumaron 2.200 MW, aislando al sistema peninsular de Europa.
En los siguientes minutos, se produjeron pérdidas de generación en varias provincias: Granada, Badajoz y Sevilla, lo que llevó a una desconexión en cascada por sobretensión. Para las 12:40, el apagón se había extendido a toda la península y a Portugal, afectando a semáforos, ascensores, trenes y redes móviles. Los hospitales y administraciones públicas comenzaron a activar generadores diésel para mantener operaciones mínimas.
A las 13:00, la Red Eléctrica de España (REE) confirmó oficialmente el apagón. Desde Bruselas, se descartó la posibilidad de un ciberataque, aunque se mantenían abiertas otras hipótesis. A las 13:45, REE admitió que se trataba de un “hecho excepcional” y atribuyó el colapso a una “oscilación muy fuerte en los flujos de potencia”. Se estimó que la reposición del suministro podría tardar entre 6 y 10 horas, pero la realidad sería muy diferente.
A medida que avanzaba la tarde, el presidente Pedro Sánchez y varios ministros se reunieron en un gabinete de crisis para abordar la situación. A las 15:20, comenzó la re-energización desde el norte y el sur de la península, y poco a poco se fueron restableciendo áreas en Cataluña, Aragón, País Vasco, Galicia, Asturias, Navarra, Castilla y León, Extremadura y Andalucía. Sin embargo, el transporte ferroviario seguía paralizado, afectando a miles de pasajeros.
### Impacto y Consecuencias
El impacto del apagón fue monumental. Se estima que alrededor del 60% de la demanda eléctrica nacional se desvaneció, afectando a 48.600 pasajeros ferroviarios y resultando en la cancelación de 344 vuelos. La duración del apagón fue de 19 horas, un tiempo récord para restablecer la totalidad del servicio, superando las 6-10 horas inicialmente previstas.
Las regiones de Canarias, Baleares, Ceuta y Melilla lograron mantener el suministro eléctrico gracias a que sus sistemas están aislados de la península. Esto pone de manifiesto la importancia de contar con sistemas de respaldo y la necesidad de revisar las interconexiones eléctricas entre diferentes regiones.
Tras la recuperación del suministro, se abrió una investigación parlamentaria y técnica para esclarecer la cadena de fallos que llevaron al colapso. Bruselas ofreció asistencia para ayudar a España a mejorar su infraestructura eléctrica y evitar que un evento similar vuelva a ocurrir en el futuro. Se plantearon varios próximos pasos, incluyendo una auditoría independiente sobre las protecciones y reservas del sistema, así como un refuerzo de las interconexiones y una revisión de los protocolos de emergencia.
El apagón del 28 de abril de 2025 no solo dejó a millones de personas a oscuras, sino que también expuso las debilidades del sistema eléctrico peninsular. La necesidad de una infraestructura más robusta y resiliente es más evidente que nunca, y la experiencia adquirida de este evento será crucial para la planificación futura. La pregunta que queda es: ¿está España realmente preparada para enfrentar futuros desafíos energéticos?