El coste de vivir en una residencia de estudiantes en España ha alcanzado cifras alarmantes, superando los 900 euros al mes. Este aumento, que ha superado el 20% en los últimos tres años, es tres veces más alto que la inflación en el mismo periodo. Según un informe reciente de Atlas Real Estate, la demanda de este tipo de alojamiento es seis veces mayor que la oferta disponible, lo que ha impulsado significativamente las tarifas. Alejandro Bermúdez, consejero delegado de la firma de consultoría que elaboró el estudio, señala que las residencias se han convertido en una opción atractiva para los grandes inversores, al considerarlas una «alternativa moderna y competitiva al mercado tradicional del alquiler».
En octubre de 2022, el alquiler medio de una habitación en una residencia era de 757 euros al mes. Sin embargo, casi tres años después, este precio ha ascendido a 914 euros. Las ciudades de Madrid y Barcelona son las más afectadas, donde los precios han aumentado drásticamente: en Madrid, el coste medio de una estancia ha pasado de 1.096 euros a 1.251 euros, mientras que en Barcelona ha subido de 931 euros a 1.098 euros. Este fenómeno no se limita a las grandes ciudades, ya que localidades periféricas también han visto incrementos significativos en los precios, como Villaviciosa de Odón (37,5%), Sant Cugat del Vallés (22,7%) y Segovia (21,9%).
### La Desigualdad entre Oferta y Demanda
El principal factor detrás de este aumento de precios es el notable desequilibrio entre la oferta y la demanda de alojamiento para estudiantes. En España, hay aproximadamente 108.600 camas operativas en residencias, además de unas 22.500 estancias en diversas fases de desarrollo, para satisfacer las necesidades de más de 655.000 estudiantes que buscan alojamiento, incluyendo aquellos que cursan grados, másteres o que vienen al país a través del programa Erasmus.
Madrid es la ciudad con la mayor concentración de estudiantes que requieren alojamiento, con más de 107.000, seguida de Barcelona con alrededor de 62.000. Este alto nivel de demanda en la capital se debe a la gran cantidad de instituciones académicas y a los flujos de estudiantes tanto nacionales como internacionales. Otras ciudades con alta demanda incluyen Valencia (41.500 camas), Sevilla (35.300), Granada (29.000), Murcia (17.400), Salamanca (17.400), Málaga (16.600) y Zaragoza (12.500).
En cuanto a la oferta, más de la mitad de las camas disponibles están concentradas en solo diez municipios. Madrid lidera con 20.000 camas, seguido de Barcelona con 12.000, y otras ciudades universitarias como Granada (6.000), Salamanca (5.000), Valencia (5.000) y Pamplona (4.000). El stock total de habitaciones en residencias se distribuye entre residencias modernas, que representan alrededor de 56.000 camas, inmuebles vinculados a universidades con cerca de 19.000 estancias, 13.700 en manos de entidades públicas, 7.400 controladas por organizaciones religiosas y 12.500 en otras modalidades.
### Principales Actores del Mercado
En el sector de las residencias de estudiantes, Resa se posiciona como el principal operador, gestionando 43 activos y 11.085 camas, propiedad del fondo holandés PGGM. Le sigue MiCampus, que cuenta con 39 activos, aunque Yugo ocupa el segundo lugar en número de camas con 8.935 estancias. Livensa Living, la cuarta plataforma más grande, gestiona 17 complejos y 5.961 camas, y su principal accionista, el fondo Brookfield, está en negociaciones para su venta por un importe que podría superar los 1.200 millones de euros.
La situación actual del mercado de residencias de estudiantes en España plantea un desafío significativo tanto para los estudiantes como para los inversores. La creciente demanda y la limitada oferta están generando un entorno de precios que podría dificultar el acceso a la educación superior para muchos jóvenes. A medida que las tarifas continúan aumentando, es crucial que se busquen soluciones sostenibles que equilibren la oferta y la demanda, garantizando que todos los estudiantes tengan acceso a un alojamiento asequible y de calidad durante su formación académica.