La obra de Eduardo Casanova, un director español nacido en Madrid en 1991, ha sido un viaje constante a través de la exploración de temas complejos como el estigma social y la marginación. Su trabajo, que incluye películas como ‘Pieles’ (2017) y ‘La piedad’ (2022), ha sido reconocido por su estética única, que combina elementos del kitsch y lo grotesco. En su más reciente proyecto, la miniserie ‘Silencio’, presentada en el Festival de Locarno, Casanova se adentra en una narrativa que entrelaza un relato vampírico con una historia de amor queer, abordando dos pandemias: la peste negra del siglo XIV y la crisis del sida que ha afectado a la sociedad moderna.
### La perspectiva única de ‘Silencio’
‘En ‘Silencio’, Casanova utiliza el lenguaje del cine fantástico y de terror para abordar temas serios y relevantes. A través de la historia de una mujer seropositiva, el director busca romper con la narrativa tradicional que suele centrarse en hombres enfermos. Esta elección es significativa, ya que, a día de hoy, las mujeres representan un alto porcentaje de las personas afectadas por el VIH y el sida, un hecho que a menudo queda silenciado en la ficción. Casanova critica la representación del sida en el cine, señalando que muchas obras, como ‘Philadelphia’ (1993), ofrecen una visión anticuada y negativa de la enfermedad, lo que contribuye a perpetuar el estigma.
Casanova se siente impulsado a contar historias que reflejen la realidad de las mujeres en esta situación, quienes a menudo son las grandes silenciadas en el discurso público. Su enfoque en ‘Silencio’ no solo busca entretener, sino también educar y provocar una reflexión profunda sobre el estigma que enfrentan las personas seropositivas, especialmente las mujeres. Al abordar estos temas desde una perspectiva femenina, Casanova espera contribuir a un cambio en la narrativa y en la percepción social del sida.
### La lucha contra el estigma social
El estigma social es un tema recurrente en la obra de Casanova. En sus propias palabras, «todo lo que hay en mis películas es lo que yo soy», lo que sugiere que su arte es una extensión de su propia experiencia y lucha personal. Desde su infancia, ha sentido la presión de ser diferente, lo que ha influido en su trabajo como artista. Esta conexión personal con el estigma se traduce en una necesidad de explorar y representar a aquellos que son marginados o incomprendidos.
Casanova reconoce que ser una figura pública conlleva una carga adicional en términos de estigmas. La presión de mantener una imagen pública puede ser abrumadora, y él mismo ha luchado con la necesidad de ocultar partes de su identidad. Sin embargo, a través de su trabajo, busca crear un espacio donde la autenticidad y la vulnerabilidad sean valoradas. En su universo cinematográfico, que describe como un lugar obsesivo y lleno de personajes marginales, Casanova encuentra una forma de expresar su propia lucha y, al mismo tiempo, dar voz a aquellos que a menudo son ignorados.
La comedia negra se ha convertido en una herramienta para Casanova, quien la utiliza como una forma de salvación y conexión con el público. A pesar de que su trabajo puede ser provocador, él cree que la provocación es esencial para invitar a la reflexión. En un mundo donde el arte a menudo se percibe como elitista o inaccesible, Casanova busca ser generoso con su audiencia, ofreciendo historias que resuenen y que, a su vez, desafíen las normas establecidas.
### La evolución de un artista
A medida que su carrera avanza, Casanova ha expresado su deseo de evolucionar como artista. Aunque ha sido conocido por su trabajo como actor, ha dejado claro que su verdadera pasión radica en la dirección y la escritura. Para él, dirigir es más que una profesión; es una forma de vida. La dirección le permite comunicarse de manera auténtica y explorar temas que le importan profundamente.
En sus propias palabras, «vivir sin la dirección y sin la escritura carece de sentido para mí». Esta declaración resuena con la idea de que el arte es una extensión de uno mismo, y para Casanova, la dirección es el medio a través del cual puede expresar su visión del mundo. A pesar de las críticas y los malentendidos que ha enfrentado, su compromiso con su arte y su deseo de ser auténtico prevalecen.
Casanova también ha reflexionado sobre la percepción de su trabajo en el extranjero, donde ha encontrado una mayor apreciación por su estilo único. Sin embargo, reconoce que su arte no es para todos, y eso es parte de su atractivo. La singularidad de su visión artística es lo que lo distingue en un panorama cinematográfico a menudo homogéneo.
### La conexión con el público
Uno de los aspectos más destacados de la carrera de Casanova es su deseo de conectar con el público. A pesar de su enfoque provocador, él entiende que la relación entre el artista y la audiencia es fundamental. En su opinión, «mis jefes y mis jefas son los espectadores», lo que refleja su compromiso de ofrecer un trabajo que resuene con quienes lo ven. Esta conexión es especialmente importante en un momento en que la industria del entretenimiento está en constante cambio y evolución.
Casanova ha aprendido a lidiar con las críticas y los comentarios negativos, diferenciando entre la retroalimentación constructiva y el odio. Para él, la crítica es parte del proceso creativo, y aunque puede ser dolorosa, también es una oportunidad para crecer y mejorar. Su enfoque en la autenticidad y la conexión con el público lo ha llevado a crear obras que no solo entretienen, sino que también invitan a la reflexión y al diálogo.
A medida que ‘Silencio’ se presenta al mundo, Eduardo Casanova continúa desafiando las normas y explorando temas que son relevantes y necesarios. Su trabajo no solo es un reflejo de su propia experiencia, sino también un llamado a la acción para aquellos que enfrentan el estigma y la marginación en la sociedad. A través de su arte, Casanova busca crear un espacio donde todos puedan sentirse vistos y escuchados, y donde la autenticidad y la vulnerabilidad sean celebradas.