El panorama del consumo de sustancias entre los adolescentes españoles ha experimentado un cambio significativo en los últimos años. Según los datos más recientes de la Encuesta sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias (ESTUDES), el consumo de alcohol, tabaco y cannabis ha alcanzado mínimos históricos entre los estudiantes de 14 a 18 años. Este informe, presentado por el Ministerio de Sanidad, destaca una tendencia positiva en la reducción del uso de drogas entre las nuevas generaciones, lo que sugiere un cambio en la percepción y hábitos relacionados con el ocio y la salud.
### Cambios en el Consumo de Alcohol y Tabaco
El alcohol sigue siendo la sustancia más consumida entre los jóvenes, pero su uso ha disminuido notablemente. En 2025, solo el 51% de los encuestados afirmó haber consumido alcohol en el último mes, una caída significativa desde el 56,6% en 2023. Este descenso es aún más notable si se compara con los datos de 1998, donde el consumo en los últimos 30 días era un 17% más alto. Además, el fenómeno del binge drinking, o atracones de alcohol, ha bajado al 24,7%, marcando el nivel más bajo desde que se comenzó a medir.
El tabaco también ha visto una reducción en su consumo. La encuesta revela que solo el 15,5% de los estudiantes ha fumado en el último mes, lo que representa una disminución del 5,5% en comparación con 2023. La edad media de inicio en el consumo de tabaco se mantiene en 14,1 años, pero el consumo diario ha caído al 4,3%, lo que indica que cada vez menos jóvenes están adoptando este hábito.
### Cannabis y Percepción del Riesgo
El consumo de cannabis, aunque sigue siendo la sustancia ilegal más prevalente entre los jóvenes, también ha mostrado una tendencia a la baja. En 2025, el 11,6% de los estudiantes admitió haber consumido cannabis en los últimos 30 días, una reducción del 3,9% respecto al año anterior. La edad media de inicio en el consumo de cannabis se sitúa en 14,8 años, lo que refleja que, aunque algunos jóvenes continúan consumiendo, hay una disminución general en la prevalencia.
Un aspecto relevante que se destaca en la encuesta es el aumento en la percepción del riesgo asociado al consumo de drogas. La percepción de riesgo del consumo habitual de cannabis ha alcanzado un 94,1%, el nivel más alto registrado hasta la fecha. Asimismo, el 93,3% de los estudiantes considera que fumar tabaco a diario implica un alto riesgo para la salud. Este cambio en la percepción puede estar relacionado con las campañas de concienciación y las políticas de prevención implementadas en los últimos años.
### Factores que Contribuyen a la Reducción del Consumo
La disminución en el consumo de sustancias entre los jóvenes no es un fenómeno aislado, sino que se puede atribuir a múltiples factores. Las políticas públicas, como la implementación de leyes más estrictas sobre el consumo de alcohol y tabaco, han jugado un papel crucial en la desnormalización de estos hábitos. La ministra de Sanidad ha enfatizado la importancia de la próxima ley de Alcohol y Menores, que busca regular aún más el acceso de los jóvenes a estas sustancias.
Además, el cambio en la cultura del ocio entre los adolescentes también ha influido en esta tendencia. Las nuevas generaciones parecen estar más enfocadas en actividades que no implican el consumo de sustancias, lo que podría ser un reflejo de un cambio en los valores y prioridades de los jóvenes. Las redes sociales y la información accesible sobre los riesgos asociados al consumo de drogas han contribuido a crear una conciencia más crítica entre los adolescentes.
### Desafíos y Futuro
A pesar de los resultados positivos, las autoridades reconocen que aún queda trabajo por hacer. Aunque las cifras son alentadoras, el consumo de alcohol y tabaco sigue siendo un problema significativo entre los jóvenes. La ministra de Sanidad ha señalado que es fundamental continuar con las iniciativas de prevención y educación para mantener esta tendencia a la baja.
El futuro del consumo de sustancias entre los adolescentes dependerá de la continuidad de estas políticas y de la capacidad de la sociedad para adaptarse a los cambios en los hábitos y percepciones de los jóvenes. La colaboración entre instituciones educativas, familias y el gobierno será esencial para seguir avanzando en la creación de un entorno más saludable para las nuevas generaciones.
