La alta velocidad ferroviaria en España ha sido un símbolo de modernidad y eficiencia desde su inauguración en 1992, cuando el primer AVE conectó Madrid y Sevilla. Sin embargo, a medida que el tiempo avanza, la red ferroviaria se enfrenta a una serie de desafíos que ponen en entredicho su reputación de puntualidad y calidad. A pesar de ser la segunda mayor red de alta velocidad del mundo, solo por detrás de China, los problemas de infraestructura, antigüedad de los trenes y la liberalización del sector están afectando la experiencia del usuario y la operatividad del sistema.
**Problemas de Infraestructura y Antigüedad de los Trenes**
Uno de los principales problemas que enfrenta la alta velocidad en España es la infraestructura ferroviaria, que ha sido diseñada de manera radial y ha sufrido una notable falta de inversión. Desde 2008, la inversión pública en este sector ha disminuido un 66%, pasando de 11.000 millones de euros anuales a solo 3.000 millones en 2024. Esta reducción ha llevado a situaciones paradójicas, como la falta de un túnel que conecte las dos principales estaciones de Madrid, lo que provoca que las averías en la capital afecten a otros puntos de la península. Además, la ausencia de una doble vía en tramos clave, como el que conecta Galicia y Madrid, provoca que los trenes deban detenerse en pleno trayecto, lo que incrementa los retrasos.
La antigüedad de los trenes también es un factor crítico. Muchos de los convoyes en servicio tienen más de 20 años, lo que los sitúa en el último tramo de su vida útil. Desde 2010, no se han incorporado nuevos trenes a la flota, y los primeros Talgo S-106, conocidos como Avril, que comenzaron a llegar en 2024, han sufrido retrasos en su fabricación y problemas de calidad. Esta situación ha llevado a que el sistema ferroviario español, que debería ser un modelo de eficiencia, se vea afectado por constantes incidencias y retrasos.
**Impacto de la Liberalización y Nuevos Operadores**
La liberalización del sector ferroviario en España ha traído consigo la entrada de nuevos operadores, como Ouigo e Iryo, lo que ha aumentado la competencia en el mercado. Sin embargo, este proceso también ha generado un exceso de oferta que ha puesto presión sobre la infraestructura existente. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha señalado que, en los corredores donde hay competencia, la oferta ha aumentado en un 74% entre 2019 y 2024, lo que contrasta con el crecimiento más modesto en los tramos donde Renfe mantiene el monopolio.
A pesar de que la liberalización ha incrementado el número de viajeros en un 50%, también ha llevado a una caída del 33% en los ingresos medios para las operadoras. Esto ha generado un dilema: aunque hay más trenes y opciones para los usuarios, la calidad del servicio se ha visto comprometida. El ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, ha reconocido que, a pesar de las incidencias, el ferrocarril sigue siendo un sistema atractivo para los viajeros, especialmente en rutas como la de Madrid y Barcelona, donde el tren ha ganado cuota de mercado frente al avión.
La Comisión Europea ha presentado un plan para seguir impulsando la liberalización del transporte ferroviario en la Unión Europea, con el objetivo de conectar las grandes capitales europeas mediante alta velocidad para 2040. Este plan incluye una inversión estimada de 550.000 millones de euros, lo que podría transformar aún más el panorama ferroviario en España y Europa.
**Retos Regionales y Proyectos Pendientes**
A nivel regional, la situación de la alta velocidad varía significativamente. En Galicia, por ejemplo, la conexión de las ciudades más occidentales con el resto de España ha sido un proceso largo y complicado, marcado por retrasos y problemas de infraestructura. Aunque desde mayo de 2024 las ciudades de Vigo, Pontevedra y A Coruña están conectadas por AVE, la red interior gallega sigue siendo un desafío debido a la incompatibilidad de anchos de vía.
Andalucía, que fue pionera en la alta velocidad, enfrenta también sus propios retos. A pesar de contar con una red que ha superado los tres millones de viajeros en el primer semestre de 2025, la falta de conexiones adecuadas, como el tren litoral que aún no existe entre Marbella y otras ciudades, sigue siendo una anomalía en la región.
Cataluña ha experimentado un crecimiento sostenido en su red de alta velocidad, pero la reciente retirada del servicio de bajo coste Avlo ha generado críticas entre los usuarios, quienes ven en esta decisión una reducción de opciones asequibles en un momento en que la competencia debería estar garantizando tarifas más bajas.
Por otro lado, en Extremadura, la espera por el AVE ha sido de 25 años, con múltiples retrasos y promesas incumplidas. Aunque se han realizado avances, como la electrificación de tramos, la situación sigue siendo incierta y los plazos de finalización se extienden.
En resumen, la alta velocidad en España se encuentra en un momento crítico. A pesar de ser un sistema que ha demostrado ser popular entre los viajeros, los problemas de infraestructura, la antigüedad de los trenes y los retos derivados de la liberalización del sector presentan un panorama complejo que requiere atención urgente y una inversión sostenida para garantizar su futuro.
