La reciente auditoría del Tribunal de Cuentas sobre Sepes, la entidad estatal del suelo bajo el Ministerio de Vivienda, ha revelado serias preocupaciones sobre la eficacia de sus operaciones. Este informe, que abarca el periodo de 2018 a 2023, pone de manifiesto los problemas que enfrenta la entidad en su misión de desarrollar políticas de vivienda pública. A medida que el gobierno busca soluciones para la crisis de vivienda, las críticas al desempeño de Sepes son más relevantes que nunca.
**Eficiencia en el Desarrollo de Proyectos Urbanísticos**
El Tribunal de Cuentas ha cuestionado la capacidad de Sepes para cumplir con sus objetivos, especialmente en lo que respecta a los desarrollos urbanísticos. Según el informe, ninguna de las actuaciones analizadas había sido completada al momento de la auditoría, y todas enfrentaron importantes retrasos. Estos retrasos no solo afectan la disponibilidad de vivienda pública, sino que también generan costos adicionales en mantenimiento y conservación de los inmuebles.
Uno de los ejemplos más destacados es la Operación Campamento, que ha estado en marcha durante más de dos décadas sin resultados concretos. Otros proyectos, como el Regimiento de Artillería de Sevilla y el Parque Central de Ingenieros en Valencia, también han sufrido demoras significativas, con plazos que superan los 14 años. Esta situación ha llevado a un aumento del 18% en los costos estimados para finales de 2024 en comparación con las proyecciones de 2022.
El informe señala que la complejidad de la tramitación urbanística y la falta de coordinación entre las distintas administraciones públicas son factores que contribuyen a estos retrasos. La ineficiencia en la gestión de Sepes no solo afecta a la entidad, sino que también repercute en promotores y propietarios de suelo privado, quienes enfrentan dificultades similares debido a la dilación en los plazos de ejecución.
**Limitaciones Tecnológicas y Recomendaciones para la Mejora**
Otro aspecto crítico que destaca el Tribunal de Cuentas es la falta de modernización en los sistemas de información de Sepes. La auditoría revela que los sistemas actuales presentan limitaciones en su evolución e integración, lo que dificulta la trazabilidad de las operaciones y aumenta los riesgos en el tratamiento de datos. Además, el presupuesto destinado a tecnologías de la información y la comunicación (TIC) es insuficiente para cubrir las necesidades de la entidad.
El Tribunal ha instado a Sepes a adoptar medidas para mejorar su gestión. Entre las recomendaciones se incluye la necesidad de reforzar la coordinación con otras administraciones mediante reuniones periódicas, así como la modernización de la inversión en tecnología para garantizar la seguridad y el cumplimiento legal. También se sugiere establecer convenios urbanísticos más claros, con plazos definidos y mecanismos de coordinación más eficaces.
Además, se recomienda que cada proyecto incluya estudios de demanda y criterios de priorización, así como un seguimiento riguroso para asegurar que se cumplan los plazos establecidos. La creación de un plan para dar salida al stock de viviendas y suelos en comercialización es otra de las propuestas que busca agilizar el proceso y mejorar la disponibilidad de vivienda pública.
La situación actual de Sepes pone de manifiesto la necesidad de una revisión profunda en su estructura y funcionamiento. A medida que el gobierno busca soluciones para la crisis de vivienda, es imperativo que la entidad estatal del suelo se adapte a las exigencias del mercado y mejore su capacidad para responder a la demanda de vivienda asequible. La implementación de las recomendaciones del Tribunal de Cuentas podría ser un paso crucial para lograr estos objetivos y garantizar que Sepes cumpla con su misión de manera efectiva.