La situación laboral en Galicia ha sido objeto de atención reciente, especialmente en lo que respecta a la escasez de personal cualificado. En un sondeo realizado por la Xunta en 2023, se encuestaron a 10.000 empresas con el fin de ajustar la oferta de Formación Profesional (FP) a las necesidades del mercado laboral gallego. Esta iniciativa responde a una demanda reiterada por parte de líderes empresariales, quienes han señalado la necesidad de formar a los trabajadores en áreas que son críticas para el desarrollo económico de la región.
La Encuesta sobre vacantes en las empresas gallegas revela que, al cierre del primer trimestre de 2025, había 11.385 puestos de trabajo sin cubrir. Este fenómeno se debe, en gran medida, a la falta de candidatos con la preparación adecuada, un problema que afecta a siete de cada diez empresas encuestadas. La situación es alarmante, ya que casi 3.000 de estas vacantes, lo que representa el 23%, requieren conocimientos técnicos en áreas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). Esto indica una clara necesidad de contar con profesionales que posean una titulación superior en estos campos.
Además, la falta de habilidades digitales ha sido un obstáculo para la contratación en el 12% de las vacantes. Esto resalta la importancia de la educación y la formación continua en un mundo laboral que está en constante evolución. Por otro lado, el 36% de los puestos vacantes requerían otro tipo de formación que los candidatos no poseían, lo que pone de manifiesto la desconexión entre la educación y las necesidades del mercado laboral.
La concentración de estas vacantes se observa principalmente en empresas de tamaño pequeño a mediano, es decir, aquellas que cuentan con entre 10 y 49 empleados. En este segmento se encuentra más de la mitad de los puestos vacantes. Sin embargo, también se observa una significativa cantidad de vacantes en empresas más grandes, con 500 o más empleados, donde se encuentra uno de cada cuatro puestos disponibles. Esta tendencia sugiere que la falta de personal cualificado no discrimina por tamaño de empresa, afectando tanto a pequeños negocios como a grandes corporaciones.
Los sectores más afectados por esta falta de personal cualificado incluyen el transporte, la construcción, la automoción, la hostelería y el metal. Ante esta situación, algunas empresas han comenzado a buscar personal en otros países, lo que indica una necesidad urgente de cubrir estas vacantes y mantener la competitividad en el mercado.
A pesar de la gravedad de la situación, los datos del Instituto Galego de Estatística (IGE) muestran una ligera mejora en la captación de personal. En comparación con diciembre del año anterior, el número de puestos sin cubrir se ha reducido en un 10%. Este avance es alentador, ya que solo una de cada cinco vacantes existentes al cierre del último trimestre del año pasado permanecían sin cubrir al finalizar marzo de 2025.
La formación profesional se presenta como una solución viable para abordar esta problemática. La adaptación de los programas educativos a las necesidades del mercado laboral es crucial para cerrar la brecha entre la oferta y la demanda de empleo. La colaboración entre las instituciones educativas y las empresas puede facilitar la creación de programas de formación que respondan a las necesidades específicas del sector productivo gallego.
La Xunta ha comenzado a implementar medidas para fomentar la formación en áreas críticas, pero se requiere un esfuerzo conjunto de todos los actores involucrados. La inversión en educación y formación no solo beneficiará a los trabajadores, sino que también impulsará el crecimiento económico de la región. La creación de un ecosistema laboral donde la educación y la industria trabajen de la mano es esencial para garantizar un futuro próspero para Galicia.
En resumen, la escasez de personal cualificado en Galicia es un desafío que requiere atención inmediata. La falta de candidatos con la formación adecuada está afectando a múltiples sectores y, aunque se han observado mejoras en la captación de personal, aún queda un largo camino por recorrer. La formación profesional y la colaboración entre empresas e instituciones educativas son claves para abordar esta problemática y asegurar un futuro laboral más prometedor para la región.