La crisis medioambiental que enfrenta Australia ha tomado un giro alarmante con la proliferación de un alga tóxica conocida como Karenia mikimotoi. Este fenómeno ha causado la muerte de miles de animales y ha afectado gravemente a la fauna marina en una extensión equivalente a La Rioja. Los expertos advierten que no hay soluciones inmediatas y que la única opción es esperar a que la situación se disipe, lo que podría tardar meses.
### La Extensión del Problema
Desde hace medio año, las aguas de los golfos de Spencer y San Vicente, en Australia Meridional, han mostrado síntomas preocupantes. En marzo, surfistas de la península de Fleurieu comenzaron a notar una extraña espuma en el agua que les provocaba problemas respiratorios y cutáneos. Anthony Rowland, uno de los surfistas afectados, relató que, tras media hora en el agua, comenzó a sentir irritación en la garganta y tos seca. Este fenómeno, que inicialmente parecía ser una molestia menor, se ha transformado en una crisis ecológica de grandes proporciones.
Las estimaciones más recientes indican que alrededor de 14,000 animales han muerto, aunque algunas cifras sugieren que el número podría ser mucho mayor. Entre las especies afectadas se encuentran peces, pulpos, calamares, tiburones, tortugas y aves marinas. La proliferación del alga ha avanzado a un ritmo alarmante, cubriendo más de 4,500 kilómetros cuadrados y desplazándose aproximadamente 2.5 kilómetros cada día. Las células de Karenia mikimotoi irritan las branquias de los peces, lo que les impide respirar adecuadamente. Además, cuando estas algas mueren y se descomponen, consumen el oxígeno del agua, provocando la asfixia de los animales marinos.
El impacto en los mamíferos marinos es aún más complejo. Según el profesor Mike Steer, director ejecutivo del Instituto de Investigación y Desarrollo de Australia Meridional, los efectos de esta crisis no se comprenden completamente. Los mamíferos pueden verse afectados no solo por la toxicidad del agua, sino también por la falta de alimento y cambios en el ecosistema que dificultan su supervivencia.
### Causas de la Proliferación
La proliferación masiva de Karenia mikimotoi se debe a una combinación de factores ambientales que han creado condiciones propicias para su crecimiento. Uno de los principales factores es la ola de calor marina que ha elevado la temperatura del agua en 2.5 grados Celsius desde septiembre de 2024. Este aumento de temperatura acelera el metabolismo y la reproducción del alga, permitiéndole crecer más rápido que otras especies.
Además, las aguas más cálidas suelen ser más estables y menos agitadas, lo que favorece la multiplicación de estas algas sin ser dispersadas por corrientes fuertes. La presencia de altos niveles de nutrientes en el agua, resultado de la escorrentía agrícola y las inundaciones en el río Murray, también ha contribuido a este fenómeno. La abundancia de luz solar ha potenciado la fotosíntesis y, por ende, la reproducción de Karenia mikimotoi.
El impacto de esta crisis no solo se siente en el ecosistema, sino también en la economía local. Sectores clave como la pesca comercial, la acuicultura y el turismo costero han visto caer drásticamente su actividad. En respuesta a esta situación, el gobierno estatal ha anunciado un paquete de apoyo de más de 15.5 millones de euros para mitigar los daños, que incluye ayudas directas a negocios afectados y subvenciones para pescadores. Sin embargo, muchos consideran que esta respuesta es insuficiente y piden una acción más coordinada y a gran escala.
La senadora de los Verdes, Sarah Hanson-Young, ha criticado la falta de acción del gobierno, argumentando que la situación no ha sido catalogada como un desastre nacional. Paul Gamblin, director ejecutivo de la Sociedad Australiana para la Conservación Marina, ha enfatizado que la crisis actual es un claro recordatorio de que ningún lugar es inmune a los efectos del cambio climático.
A nivel global, la proliferación de Karenia mikimotoi ha dejado huellas en otras regiones, como en China y Japón, donde eventos similares han causado pérdidas económicas significativas. La gran incógnita ahora es cuánto tiempo tomará la recuperación del ecosistema afectado. Algunos estudios sugieren que la recuperación puede variar entre seis meses y varios años, dependiendo del grado de destrucción y la resiliencia de la fauna local.
Australia, con su vasta línea costera y ecosistemas frágiles, es uno de los países más vulnerables al calentamiento global. A pesar de ser un importante exportador de carbón, el país enfrenta un intenso debate sobre su responsabilidad en la crisis ambiental global y la necesidad de adoptar prácticas más sostenibles. Este desastre ecológico es un llamado de atención sobre la urgencia de abordar el cambio climático y sus efectos devastadores en el medio ambiente.