El verano es una época esperada por muchos, especialmente por aquellos que disfrutan de las playas y el mar. Sin embargo, este año se ha registrado un alarmante aumento en los ahogamientos en España, alcanzando cifras que no se veían en la última década. En julio de 2025, se reportaron 92 muertes por ahogamiento, y el total anual ya supera los 300 fallecidos. Este fenómeno es particularmente preocupante entre la población mayor, que representa un grupo vulnerable en este contexto. A continuación, se presentan recomendaciones para disfrutar de la playa de manera segura, especialmente para las personas mayores.
La Playa: Beneficios y Riesgos para los Mayores
La playa ofrece múltiples beneficios para la salud de las personas mayores. Según el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid, el entorno marino puede mejorar la movilidad, aliviar dolencias musculares y articulares, favorecer la circulación sanguínea y fortalecer el sistema inmunológico. Sin embargo, también conlleva riesgos significativos, como ahogamientos, golpes de calor, caídas y quemaduras solares. Es esencial que los mayores sean conscientes de estos peligros y tomen precauciones adecuadas.
Uno de los principales riesgos en la playa es la dificultad de equilibrio. La arena, el oleaje y caminar descalzo pueden complicar la movilidad de las personas mayores. Por ello, se recomienda que se bañen acompañados, eligiendo zonas seguras con bandera verde y evitando aguas profundas o con poca visibilidad. Además, es fundamental que los familiares o acompañantes supervisen a los mayores, ya que algunos pueden no ser conscientes de los peligros que les rodean.
Otro aspecto a considerar es la desorientación. Las playas amplias y concurridas pueden resultar confusas para personas con deterioro cognitivo o problemas sensoriales. Para mitigar este riesgo, es aconsejable que siempre estén acompañados y que identifiquen los puntos de socorro en la playa. La sensibilidad al frío también es un factor a tener en cuenta; la entrada al agua debe hacerse de manera gradual para evitar cambios bruscos de temperatura corporal.
Los medicamentos son otro factor que puede aumentar el riesgo de accidentes en el agua. Aquellos que toman fármacos con efectos sedantes o hipotensores deben tener especial cuidado, ya que estos pueden incrementar la probabilidad de hipotermia en aguas frías. En estos casos, es recomendable que el baño sea supervisado por un familiar o amigo.
La hidratación es crucial, ya que muchas personas mayores no sienten sed con la misma intensidad que los jóvenes. Beber agua con frecuencia es fundamental para evitar la deshidratación, especialmente en días calurosos. Además, los golpes de calor son una preocupación real; para prevenirlos, se aconseja usar ropa ligera, gorra o sombrero, gafas de sol homologadas y evitar las horas de más calor. La protección solar también es esencial para prevenir quemaduras.
Por último, es importante tener en cuenta la alimentación. Las comidas ligeras, ricas en frutas y agua, son preferibles a los platos grasos o pesados durante una jornada de playa. Esto no solo ayuda a mantener la energía, sino que también contribuye a una mejor hidratación y bienestar general.
Decálogo de Recomendaciones para una Estancia Segura en la Playa
Para garantizar una experiencia segura en la playa, los fisioterapeutas han elaborado un decálogo de recomendaciones que pueden ser de gran ayuda:
1. **Problemas de equilibrio**: Bañarse acompañado y en zonas seguras, evitando aguas profundas o con poca visibilidad.
2. **Menor percepción del riesgo**: Supervisar a los mayores, ya que pueden no ser conscientes de los peligros.
3. **Desorientación**: Asegurarse de que siempre estén acompañados y que conozcan los puntos de socorro.
4. **Sensibilidad al frío**: Entrar al agua de forma gradual para evitar cambios bruscos de temperatura.
5. **Medicamentos**: Supervisar el baño si se están tomando fármacos sedantes o hipotensores.
6. **Problemas cardíacos o neurológicos**: Tener especial cuidado con aquellos que padecen enfermedades como cardiopatías o Parkinson.
7. **Hidratación insuficiente**: Beber agua frecuentemente, incluso si no se siente sed.
8. **Golpes de calor**: Usar ropa ligera, gorra y gafas de sol, y evitar las horas de más calor.
9. **Alimentación adecuada**: Optar por comidas ligeras y frescas durante la jornada de playa.
10. **Problemas habituales en verano**: Estar atentos a infecciones como otitis o conjuntivitis, que son más comunes en esta época.
Con estas recomendaciones, las personas mayores podrán disfrutar de la playa y de las altas temperaturas con mayor seguridad. La clave está en la prevención y en la supervisión constante, para que todos puedan disfrutar de un verano seguro y placentero.