Conchita, una mujer de 100 años, ha decidido celebrar su centenario con un viaje muy especial desde México a A Coruña, la tierra natal de su padre. Acompañada por sus hijas, Araceli y Verónica, Conchita ha recorrido Galicia con el deseo de conocer más sobre sus raíces gallegas y la historia de su familia. En su sombrero azul, que lleva una chapa con su rostro sonriente y el lema «100 años y sigo viajando», se refleja su espíritu aventurero y su amor por la vida.
La historia de Conchita es la de muchos hijos de emigrantes gallegos que, en busca de mejores oportunidades, dejaron su tierra natal y se establecieron en otros países. Conchita, nacida en México, siempre ha sentido un fuerte vínculo con Galicia, donde su padre nació en Santiago de Compostela. Durante su viaje, ha tenido la oportunidad de visitar los lugares donde vivieron sus abuelos y tías, a quienes nunca conoció. «Tengo sangre gallega. Quería venir y conocer bien la tierra de mi papá», comenta emocionada.
### Un Encuentro Emocional
El viaje a A Coruña no solo ha sido una oportunidad para explorar sus raíces, sino también para reencontrarse con una de sus hermanas, a quien no había visto en 70 años. Este reencuentro ha sido un momento muy emotivo para Conchita, quien recuerda cómo su hermana se fue a vivir a un internado y, tras su matrimonio, la vida las llevó por caminos diferentes. «Fue maravilloso volver a verla. Pasamos tres o cuatro días juntas, recordando muchas cosas», relata Conchita.
El viaje a España ha sido un sueño que ha tardado en hacerse realidad. Aunque visitó el país por primera vez hace más de 50 años, la experiencia fue muy rápida y no pudo disfrutarla como deseaba. «Era un viaje en el que te llevan corriendo a todas partes. Quería volver tranquila, para conocer la tierra de mi familia», explica. Sus hijas, conscientes de su deseo, decidieron hacer realidad este viaje en su 85 cumpleaños, aunque Conchita tenía otros planes en mente. «Le regalamos el dinero para venir a España, pero ella se fue a Egipto y luego a Holanda», cuentan sus hijas entre risas.
Desde entonces, Conchita ha seguido viajando incansablemente. Ha recorrido países como Argentina, Brasil, Chile, Rusia y Japón, y también ha disfrutado de destinos más cercanos como Acapulco y Cancún. «Voy todo el año ahorrando, juntando mi dinerito, también de mi pensión de viudedad. Me dejé el viaje a España para el centenario, para que fuese especial», confiesa.
### Un Legado de Vitalidad y Aventura
A pesar de su edad, Conchita no ha dejado que el tiempo limite sus aventuras. A los 85 años, decidió dejar de trabajar, pero no de viajar. Su vida ha estado llena de experiencias, desde su trabajo en la Secretaría de Educación Pública de México hasta sus diversas ocupaciones tras su jubilación. Conchita es un ejemplo de que la edad no es un impedimento para seguir explorando el mundo.
Para quienes buscan inspiración en su historia, Conchita tiene varios consejos que compartir: «Ser muy activos, comer de todo. Me encantan los postres. Tener vida social, juntarse con las amigas… y viajar, claro». Su filosofía de vida se resume en una frase que sus hijas consideran un buen consejo: «No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy».
El viaje de Conchita a A Coruña no solo ha sido una celebración de su centenario, sino también un homenaje a su historia familiar y a la conexión que siente con Galicia. A medida que recorre los paisajes gallegos, Conchita no solo está celebrando su vida, sino también el legado de su familia y la historia de aquellos que, como su padre, emigraron en busca de un futuro mejor. Su viaje es un recordatorio de que nunca es tarde para descubrir nuestras raíces y que la vida está llena de oportunidades para seguir explorando y aprendiendo, sin importar la edad.