Carolina Marín, la destacada jugadora de bádminton originaria de Huelva, ha demostrado una vez más que la verdadera fortaleza no solo radica en ganar medallas, sino en la capacidad de levantarse tras las adversidades. A pesar de haber sufrido una grave lesión que la apartó de la competición en los Juegos Olímpicos de París 2024, Marín mantiene viva la ilusión de regresar a las pistas en el Campeonato Europeo de Bádminton que se celebrará en su ciudad natal en abril de 2026. Sin embargo, aclara que este objetivo no se ha convertido en una obsesión, sino en un deseo que acompaña su día a día.
La campeona olímpica, mundial y europea ha compartido su experiencia en eventos como el Vigo Global Summit, donde ha inspirado a otros con su historia de superación. En sus palabras, Marín enfatiza la importancia de escuchar a su cuerpo y priorizar su salud, tanto física como mental. «Estoy en un momento bonito, porque sigo entrenando y recuperándome», afirma, dejando claro que su enfoque está en el presente y en disfrutar de cada paso del proceso.
La presión de las expectativas es algo con lo que Marín ha tenido que lidiar a lo largo de su carrera. La pregunta recurrente sobre su regreso a la competición es un recordatorio constante de su situación actual. Sin embargo, la campeona ha aprendido a manejar esta presión, optando por vivir el día a día y no apresurarse hacia un regreso que podría comprometer su salud a largo plazo. «No pienso en mi retirada, sino en mi salud, que es lo más importante», subraya.
La salud mental juega un papel crucial en la recuperación de cualquier atleta, y Marín no es la excepción. Reconoce que ha enfrentado momentos difíciles y que cuidar de su bienestar emocional ha sido fundamental para superar las adversidades. «Sin salud mental, es complicado salir de situaciones adversas», reflexiona, destacando que cada lesión ha sido una oportunidad para aprender y crecer.
En cuanto a su futuro en el bádminton, Marín tiene planes ambiciosos. Aunque su enfoque inmediato es su recuperación, también ha comenzado a pensar en proyectos a largo plazo, como la creación de una escuela de bádminton. Esta iniciativa refleja su deseo de contribuir al crecimiento del deporte en España y de inspirar a las nuevas generaciones. «Es una idea de futuro, más a largo plazo», comenta, mostrando su compromiso con el desarrollo del bádminton en su país.
Además de su carrera deportiva, Marín ha encontrado una nueva pasión en el ámbito de las conferencias. Le gusta compartir su experiencia y motivar a otros a través de su historia. «Es muy gratificante cuando la gente te da las gracias, ven que hay cosas que pueden aplicar a sus vidas», dice, resaltando el impacto positivo que puede tener su mensaje en los demás.
A pesar de los desafíos, Marín se siente agradecida por el apoyo que ha recibido de sus seguidores y de la comunidad. La medalla que no pudo conseguir en París se ha transformado en un símbolo de cariño y amor que guarda en su corazón. «No la puedo poner en una vitrina, la guardo en mi corazón y estoy muy agradecida por cómo la gente ha empatizado conmigo», expresa, reconociendo que el verdadero valor de su trayectoria va más allá de los trofeos.
La campeona también reflexiona sobre su papel como referente en el bádminton español. Aunque ha logrado mucho en su carrera, siente que aún hay trabajo por hacer para promover el deporte a nivel nacional. «Lamentablemente, se han desperdiciado momentos en los que, con los resultados que he obtenido, se podría haber aprovechado más el potencial», lamenta, señalando que la promoción del bádminton en España no ha sido suficiente. A pesar de esto, Marín se siente tranquila, sabiendo que ha dado todo de sí misma en cada competición.
Por último, Marín comparte su admiración por otros deportistas, destacando a Rafa Nadal como su mayor referente. La humildad y los valores que representa Nadal son aspectos con los que Marín se identifica profundamente. «A pesar de todo lo que ha conseguido, sigue siendo la misma persona, cercana a su familia», concluye, enfatizando la importancia de mantener la humildad en el camino hacia el éxito.
Carolina Marín es un ejemplo de resiliencia y determinación. Su historia no solo inspira a los amantes del deporte, sino que también ofrece valiosas lecciones sobre la importancia de la salud mental, el apoyo de la comunidad y la búsqueda de la felicidad en cada paso del camino.
