El Observatorio de Salud y Cambio Climático del Gobierno de España ha revelado un alarmante aumento del 10% en los ingresos hospitalarios durante episodios de calor extremo. Este fenómeno, que se ha vuelto cada vez más común debido al cambio climático, afecta especialmente a las personas mayores, aquellos con enfermedades crónicas y otros grupos vulnerables. En respuesta a esta situación, el Gobierno ha lanzado una guía destinada a mejorar la comunicación sobre los riesgos asociados con las altas temperaturas y fomentar conductas de autoprotección entre la población.
La guía está diseñada para ser utilizada por periodistas, profesionales de la salud, responsables públicos y comunicadores institucionales. Su objetivo es proporcionar herramientas basadas en evidencia científica que permitan emitir mensajes más efectivos a la ciudadanía. Uno de los puntos más destacados del documento es la necesidad de transmitir que “el calor enferma y mata”, enfatizando que las altas temperaturas pueden agravar enfermedades preexistentes y provocar golpes de calor.
### La Variabilidad de la Temperatura Crítica
Un aspecto crucial que se aborda en la guía es la variabilidad de la temperatura crítica para la salud, que no es uniforme en todo el país. Por ejemplo, se señala que 28 grados en Galicia pueden ser más perjudiciales que 37 grados en Andalucía. Esta diferencia se debe a la adaptación de la población a las condiciones climáticas y a otros factores individuales, sociales y ambientales que pueden elevar el riesgo de sufrir complicaciones de salud. La edad, el sexo y las patologías previas son algunos de los determinantes más significativos que se identifican.
La guía también subraya la importancia de personalizar los mensajes de prevención. Se recomienda adaptar las políticas públicas y las estrategias de comunicación para abordar los efectos del calor, promoviendo acciones sencillas como mantener una buena hidratación y evitar la exposición al sol durante las horas más calurosas del día. Además, se aconseja utilizar recursos visuales y un tono adecuado que no minimice el riesgo que representa el calor extremo.
### Herramientas de Alerta y Prevención
Para complementar estas recomendaciones, se sugiere el uso del sistema de alertas Meteosalud del Ministerio de Sanidad, que está específicamente orientado a la salud pública. Este sistema establece tres niveles de riesgo (amarillo, naranja y rojo) que pueden intensificarse según diversos factores sociales y personales. Esta categorización refuerza la necesidad de una comunicación eficaz y especializada frente a las olas de calor, permitiendo a la población estar mejor informada y preparada para enfrentar estas situaciones.
El aumento de las temperaturas extremas no solo tiene un impacto inmediato en la salud, sino que también plantea un desafío a largo plazo para los sistemas de salud pública. La creciente frecuencia de estos episodios de calor extremo exige una respuesta coordinada y efectiva que involucre a todos los sectores de la sociedad. La guía elaborada por el Gobierno es un paso importante en esta dirección, pero su éxito dependerá de la capacidad de los comunicadores y responsables de salud para implementar sus recomendaciones de manera efectiva.
En un contexto donde los veranos se vuelven cada vez más largos e intensos, es fundamental que la población esté consciente de los riesgos que conlleva el calor extremo. La educación y la sensibilización son herramientas clave para fomentar conductas de autoprotección y reducir el número de ingresos hospitalarios relacionados con las altas temperaturas. La colaboración entre instituciones, medios de comunicación y la comunidad es esencial para crear un entorno más seguro y saludable para todos.
La guía también enfatiza la importancia de la investigación continua en el ámbito de la salud y el cambio climático. A medida que se desarrollan nuevas evidencias sobre los efectos del calor extremo en la salud, es crucial que las políticas y estrategias de comunicación se actualicen para reflejar estos hallazgos. Solo a través de un enfoque proactivo y basado en la evidencia se podrá mitigar el impacto del cambio climático en la salud pública y proteger a los grupos más vulnerables de nuestra sociedad.