La reciente propuesta del comisario de Presupuestos de la Unión Europea, Piotr Serafin, ha desatado una ola de críticas, con Alemania a la vanguardia de la oposición. Durante una reunión del Colegio de Comisarios en Bruselas, se presentó el marco financiero para el periodo 2028-2034, el cual ha sido calificado por el Parlamento Europeo como carente de ambición y con una preocupante congelación de la inversión y el gasto. Este escenario se complica aún más por la polarización que enfrenta el bloque europeo, donde los Estados miembros tienen prioridades divergentes y se resisten a aumentar sus contribuciones al presupuesto comunitario.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, es consciente de la dificultad de esta misión. La guerra en Ucrania ha creado una necesidad urgente de inversión en defensa, lo que ha llevado a un debate sobre la redistribución de los fondos, especialmente en un momento en que los agricultores también demandan apoyo. La propuesta de gasto de 1,8 billones de euros se encuentra en una situación precaria, ya que los Estados miembros deben llegar a un consenso sobre su aprobación.
Alemania ha sido la primera en manifestar su desacuerdo con la propuesta. El portavoz del Gobierno alemán, Stefan Kornelius, ha declarado que un aumento integral del presupuesto es inaceptable, especialmente cuando los Estados miembros están haciendo esfuerzos significativos para consolidar sus propios presupuestos nacionales. La deuda acumulada durante la pandemia, que se estima entre 25.000 y 30.000 millones de euros anuales, ha llevado a la Comisión a proponer nuevos impuestos sobre desechos electrónicos, tabaco y empresas con ingresos superiores a 100 millones de euros en la UE. Sin embargo, Kornelius también ha expresado su oposición a la fiscalidad adicional sobre las empresas.
La resistencia no se limita a Alemania. El ministro de Finanzas de los Países Bajos, Eelco Heinen, ha señalado que la propuesta de gasto es excesiva y ha instado a la UE a centrarse en cómo gastar mejor los fondos existentes en lugar de simplemente aumentar el gasto. Además, el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha advertido que el plan podría marginar a las regiones rurales de Europa y poner en riesgo a las familias en todo el continente.
La propuesta de la Comisión asigna 131.000 millones de euros a defensa y seguridad, lo que representa un aumento significativo en comparación con el presupuesto actual. Sin embargo, esto se traduce en un recorte de 87.000 millones de euros para la Política Agraria Común (PAC), que se reduciría a 300.000 millones de euros. Esta situación ha llevado a cientos de agricultores a manifestarse en Bruselas, expresando su descontento con la propuesta que consideran perjudicial para el sector agrícola europeo.
Copa-Cogeca, una organización que representa a las principales asociaciones de agricultores y cooperativas de la UE, ha calificado la jornada de protesta como un «miércoles negro» para la agricultura. La presidenta del Comité de las Regiones, Kata Tutto, ha denunciado que la propuesta está destinada a socavar la política de cohesión y a centralizarla, lo que podría tener consecuencias devastadoras para las regiones más vulnerables.
Desde Galicia, la eurodiputada Ana Miranda ha calificado la propuesta de escandalosa y perjudicial para la región, insistiendo en que no se puede permitir que los nuevos fondos continúen afectando negativamente al sector pesquero y marisquero. La tensión entre la necesidad de inversión en defensa y el apoyo a la agricultura y la pesca se ha convertido en un punto crítico en las negociaciones sobre el nuevo marco financiero.
A medida que se desarrollan las conversaciones en el Parlamento Europeo, la presión sobre los líderes de la UE para encontrar un equilibrio entre las distintas prioridades se intensifica. La polarización en el bloque europeo es más evidente que nunca, y las decisiones que se tomen en los próximos meses tendrán un impacto significativo en el futuro de la política económica y social de la Unión Europea. La necesidad de un enfoque equilibrado que contemple tanto la seguridad como el apoyo a los sectores más vulnerables será crucial para lograr un consenso que permita avanzar en la aprobación del nuevo presupuesto.