La reciente propuesta del Gobierno español para reducir la jornada laboral de 40 a 37,5 horas semanales ha generado un intenso debate en el ámbito laboral. Sin embargo, a pesar de que esta iniciativa ha sido validada por el Consejo de Ministros, su futuro en el Parlamento parece incierto. En Galicia, los nuevos convenios colectivos que se han firmado en los últimos meses reflejan una tendencia opuesta a la reducción de horas, manteniendo la jornada laboral en 40 horas semanales, salvo algunas excepciones.
En la plataforma oficial Regcon, que registra los convenios laborales, se han encontrado numerosos acuerdos que se extienden hasta el año 2028, los cuales no contemplan la posibilidad de una disminución en las horas de trabajo. En cambio, muchos de estos convenios incluyen aumentos salariales y cláusulas de garantía que protegen el poder adquisitivo de los trabajadores en caso de que la inflación supere ciertos niveles. Sin embargo, la reducción de horas de trabajo no parece estar en la agenda de la mayoría de los convenios firmados.
Uno de los convenios más recientes es el de Gestamp, que afecta a 353 trabajadores y que estará vigente desde 2025 hasta 2027. Este acuerdo establece que la jornada laboral será de 40 horas semanales, preferentemente de lunes a viernes, y que el tiempo de bocadillo se contabilizará como tiempo efectivo de trabajo. Esto se traduce en un total de 1.760 horas anuales para los próximos tres años. De manera similar, el convenio de panaderías, que incluye repostería y platos preparados, también mantiene la jornada anual en 1.800 horas, afectando a más de 4.000 trabajadores en la provincia de Pontevedra.
Otro ejemplo es el convenio de las oficinas centrales de Ence, que afecta a 138 trabajadores. Este acuerdo establece que la jornada de trabajo será de 1.704 horas anuales durante 2025, 2026 y 2027, aunque incluye una cláusula que permite adaptarse a la ley en caso de que se establezca una jornada laboral inferior a la pactada. En el caso de los autobuses urbanos de Ourense, el convenio se extenderá hasta 2028, manteniendo las 40 horas semanales y con incrementos salariales anuales.
A pesar de la tendencia general de mantener la jornada laboral en 40 horas, hay excepciones. Por ejemplo, el convenio de Serveo, que se especializa en servicios logísticos para la industria automotriz, ha acordado una reducción de horas de trabajo efectivo. Para sus 259 trabajadores, el convenio que se aplicará desde 2024 hasta 2027 establece una jornada de 1.760 horas anuales, en comparación con las 1.776 horas del año anterior. Este acuerdo también incluye una cláusula de garantía salarial en caso de que el IPC supere el 4%.
La situación actual en Galicia pone de manifiesto la resistencia de muchas empresas a adoptar la reducción de la jornada laboral, a pesar de la propuesta del Gobierno. Los convenios firmados reflejan una clara preferencia por mantener las horas de trabajo actuales, lo que podría dificultar la implementación de la nueva normativa si finalmente se aprueba. La falta de cambios en la jornada laboral podría ser un indicativo de que las empresas están priorizando la estabilidad y la previsibilidad en sus operaciones, en lugar de adaptarse a cambios legislativos que podrían afectar su funcionamiento.
La discusión sobre la reducción de la jornada laboral no solo se limita a la cantidad de horas trabajadas, sino que también involucra aspectos como la calidad de vida de los trabajadores y su bienestar. La posibilidad de trabajar menos horas podría contribuir a un mejor equilibrio entre la vida laboral y personal, lo que a su vez podría tener un impacto positivo en la productividad y la satisfacción laboral. Sin embargo, la resistencia de las empresas a adoptar esta medida sugiere que aún queda un largo camino por recorrer en la búsqueda de un modelo laboral más flexible y adaptado a las necesidades actuales.
En resumen, la situación de los convenios laborales en Galicia refleja una clara tendencia a mantener la jornada laboral en 40 horas semanales, a pesar de la propuesta del Gobierno para reducirla. La falta de cambios en este aspecto, junto con los aumentos salariales y las cláusulas de garantía, indican que las empresas están priorizando la estabilidad en sus operaciones. A medida que avanza la tramitación de la propuesta legislativa, será interesante observar cómo se desarrollan las negociaciones entre sindicatos y empresas, y si finalmente se logrará un cambio significativo en la jornada laboral.